YAIZA IBARRA. TRECE BITS.- YouTube se enfrentó hace un año a un boicot de grandes empresas anunciantes que se negaban a aparecer antes de vídeos con un contenido, cuando menos, de dudosa calidad.
Vídeos de extremistas islámicos, supremacistas blancos, nazis o de contenido pedófilo tenían publicidad gracias a las visitas, pero la imagen de las marcas quedaba gravemente dañada. Aunque la plataforma prometió arreglar su algoritmo, parece que algunos vídeos continúan saltándose el filtro de control.
Al menos así lo afirma una investigación llevada a cabo por la CNN, en donde se demuestra que anuncios de compañías como Facebook, Amazon, Netflix o Adidas se habían encontrado en vídeos de este estilo, junto con otros de teorías conspirativas o discursos de odio.
Pero la cosa no se queda ahí: incluso instituciones gubernamentales, como los departamentos estadounidenses de transporte y control de enfermedades se han visto afectados de igual manera. Son cerca de 300 compañías afectadas 5 departamentos diferentes del gobierno de Estados Unidos.
YouTube está tratando de capear el temporal gracias a la repercusión que Facebook y el escándalo de Cambridge Analytica han despertado.
No obstante, la cuestión de YouTube es grave no solo porque afecta a la reputación de empresas que invierten grandes cantidades de dinero en publicidad, sino porque no es la primera vez que sucede. En su momento, las marcas realizaron un boicot que afectó gravemente a la imagen de YouTube, y en 2015 se demostró que algunos vídeos del grupo terrorista yihadista ISIS contenían publicidad.
Además de probar que los esfuerzos y cambios que ha realizado la plataforma son insuficientes, pone de manifiesto la cantidad de vídeos inapropiados que aún adquieren la suficiente relevancia como para incluir publicidad. Los autores del contenido, que incumple a todas luces la política de YouTube, están lucrándose a costa de un algoritmo que falla.