Los afrodescendientes se reunen en Madrid para impulsar iniciativas privadas y públicas que muestren la realidad de estos pueblos y les ayuden a avanzar
CHEMA CABALLERO. EL PAÍS.- La primera reunión de la diáspora africana organizada se está celebrando en Madrid del 15 al 19 de junio. AFROMADRID 2015 es un foro de debate sobre la justicia, el reconocimiento y el desarrollo de los pueblos. También abordará temas como la lucha contra la discriminación y el racismo o el empoderamiento de la mujer afro, entre otros muchos, dentro del Decenio Internacional de los Afrocedendientes (2015-2024) establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Días antes de su inauguración hablamos con Guillermo Ponce Morales (Santa Clara, Cuba, 1969), médico forense y presidente deAfrohispanos, organización promotora del encuentro, en la sede del Movimiento contra la intolerancia, en el barrio madrileño de Lavapiés. Explica que con este encuentro pretenden instar a la sociedad civil y al sector privado a impulsar iniciativas de todo tipo: «Políticas, culturales, científicas, incluso empresariales que permitan poner sobre la mesa la realidad de los pueblos afrodescendientes y visibilizar la difícil situación en la que millones de personas se encuentran en materia de educación, salubridad, desarrollo, visibilidad y empoderamiento. Ese es el objeto principal de Afromadrid: poner sobre la mesa nuestra realidad y hacer recomendaciones a los estados».
Pregunta. ¿Quiénes son los afrodescendientes?
Respuesta. En América, principalmente, y en algunas zonas de Asia y Europa son los descendientes de los esclavizados durante cuatro siglos, pero también los inmigrantes que han salido, en algún momento de la historia, de África. Hablamos de una población cifrada aproximadamente en 250 millones de personas en las Américas, y en total, sumando los aproximados 20 millones de Europa y los de otras regiones, seríamos alrededor de 300 millones en todo el mundo los que constituimos la diáspora africana, la misma que la propia Unión Africana declara su sexta región.
P: ¿Cuál es la realidad de los afrodescendientes en España?
R: Es compleja y diversa porque venimos de distintos países, de distintas culturas y por tanto la realidad cambia. No es lo mismo un afrodescendiente de Cuba, con formación, que habla el propio idioma que los españoles que un afrodescendiente que venga de Mali o Senegal.
Empezamos porque la ley en España nos diferencia. Un latinoamericano por los lazos históricos, culturales y lingüísticos en año y medio o dos años se puede acoger a la nacionalidad si tiene todo regularizado y trabajo. Sin embargo, un africano, venga de donde venga, incluso de una de las excolonias españolas, como ocurre con el pueblo saharaui o Guinea Ecuatorial, necesita 10 años de regularización y empleo para poder optar por la nacionalidad.
Además, nuestra realidad es tan compleja en España como que las instituciones estatales no quieren reconocer la presencia y la pujanza de un colectivo que somos la minoría étnica mayoritaria de este país. Somos más de un millón de personas a pesar de que en las estadísticas no existimos porque la Constitución no permite preguntar a cada cual si es de origen étnico gitano, o judío, o es negro, o es de origen indígena.
Siendo mayoritarios, como minoría étnica, solo estamos en las noticias desde el punto de vista negativo o aparecemos en los carteles publicitarios recaudando fondos para ayudar a África con fotos e imágenes no muy positivas. Pero si te vas al conjunto de la nación no te encuentras un alcalde afro, ni figuras en los partidos políticos de origen africano o latinoamericano, ya no solamente negro, tampoco otros inmigrantes. No hablemos ya de la representación en las Cortes o en las instituciones del estado.
Por tanto, conviene que España se mire y haga un análisis profundo de por qué algunos sectores de la sociedad no aparecen representados aún: ¿es que todos somos ilegales? ¿es que todos llegamos sin formación? ¿es que no estamos trabajando para el desarrollo y el avance del país? ¿no formamos parte de las universidades donde cada vez hay más población negra y otros inmigrantes? ¿no formamos parte de las empresas donde estamos trabajando?
Conviene que el Estado trabaje codo a codo con la sociedad civil para cambiar esta realidad porque sufrimos el flagelo de la discriminación como pocos. Todos los colectivos diferentes: los homosexuales, los disminuidos físicos, psíquicos, los gitanos, los musulmanes, los judíos… somos blanco de la xenofobia, el racismo y la discriminación pero un hombre o una mujer negra lo es mucho más porque es llegar a un establecimiento y ya generas un estado de comportamiento de prevención, ves cómo cambian las actitudes, las expresiones faciales y comportamientos cuando tú entras por la puerta.
Por tanto, necesitamos que se nos incorpore, no que se nos integre, porque ya estamos integrados. La mayoría de los inmigrantes, de los afrodescendientes, estamos integrados, incluso los que no tienen documentación: los ves cerca de los hospitales ayudando a aparcar, para buscarse la vida dignamente, porque es lo que la sociedad les permite, o los ves en algunos parques intentando que les contraten por unas pocas horas y mal empleados, estamos integrados en la sociedad, no formamos gueto. Yo creo que son las instituciones del Estado, no la sociedad española, las que no nos están acogiendo.
Estamos en un proceso claro de integración pero más que integrarnos y acogernos, nos tienen que considerar como parte indisoluble de esta sociedad porque un país que pretende crecer y avanzar no puede dejar atrás a millones de personas como está ocurriendo ahora en España.
P: ¿Esta Conferencia tendrá un documento final o declaración?
R: La Conferencia mundial tendrá una Declaración final en la que ya estamos trabajando y una Carta de la sociedad civil. En ellas incluiremos, entre otras reivindicaciones, la creación del Foro permanente para pueblos afrodescendientes en la sede de Naciones Unidas. Eso permitirá que al igual que el Foro Indígena, que ya existe desde hace más de 25 años, podamos articular todas nuestras políticas, nuestras estrategias, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
La creación de un Fondo para el desarrollo de los pueblos afrodescendientes. Existe el Fondo indígena desde hace más de 30 años también. Nosotros creemos que para poder impulsar nuestros programas de desarrollo tiene que haber un foro en el que participen todos los países interesados en permitir este impulso.
A Europa le vamos a reclamar la creación de una oficina, una institución, que se encargue de velar por el cumplimiento de los derechos humanos de las poblaciones afrodescendientes y a exigir a los gobiernos políticas claras para el desarrollo de estos pueblos.
A España le reclamamos la creación del Consejo Estatal para las relaciones con los pueblos afrodescendientes, a semejanza del Consejo gitano. Este es una instancia estatal que permite a las organizaciones romaníes estar en contacto directo con el estado y con la administracióny vehicular, a través de ellos, todos sus problemas, sus inquietudes y sus aspiraciones. El movimiento afrodescendiente, que también está organizado, que también tiene sociedad civil, que tiene organizaciones, no tiene interlocutores. Cada cual encuentra su espacio en la medida de sus posibilidades.