EFE. EL DIARIO.ES- El líder xenófobo holandés Geert Wilders se mostró hoy confiado en el éxito de los partidos euroescépticos, con los que quiere formar un frente común tras las elecciones al Parlamento Europeo (PE) del 22 al 25 de mayo próximos.
«Mi expectativa es que en Holanda quedemos primeros o segundos, aunque eso dependerá de la participación, que si es baja nos perjudica, pero tendremos buenos resultados», dijo el líder del Partido para la Libertad (PVV), una formación de extrema derecha), durante un encuentro con la prensa internacional en La Haya.
Los sondeos vaticinan a Wilders entre seis y cuatro escaños, que son los que su formación ha ocupado en la legislatura que acaba de concluir en el PE, de los 26 que corresponden a Holanda sobre un total de 751 escaños del hemiciclo europeo.
En defensa de la «identidad nacional y el patriotismo», recordó que su partido quiere «la repatriación de las competencias de nuestros parlamentos nacionales y menos Europa», lo cual consideró que es lo que les «une con otros partidos euroescépticos».
Para Wilders, el pronosticado éxito de los partidos más críticos con la Unión Europea (UE) tendrá no solamente efectos en el Parlamento de Estrasburgo (Francia), sino que significará un «terremoto en los Parlamentos nacionales», que en su opinión se verán ante un problema cuando vean que sus políticas pro europeas no se reflejan en el electorado.
Holandeses y británicos serán los primeros europeos en votar el 22 de mayo, al día siguiente lo hará Irlanda, el sábado 24 Estonia y un día más tarde el resto de los países, entre ellos España.
Tras las europeas, el líder del PVV quiere formar un frente euroescéptico con el mayor número de partidos posibles, siendo el Frente Nacional de la francesa Marine Le Pen el principal candidato.
Wilders ve en el belga Vlaamse Belang, el austríaco FPÖ, el italiano Liga Norte, y el Partido Nacional Eslovaco, otros posibles aliados para su causa antieuropea.
«Sería irresponsable no unificar fuerzas, pero la intención no es formar un partido europeo, sino trabajar juntos por lo que tenemos en común», manifestó.
El partido británico UKIP, liderado por Nigel Farage, ya ha desestimado un posible pacto con el holandés.
«Farage tiene más problemas con el Frente Nacional que con nosotros, pero espero que tras los comicios pueda contar con más margen y se acabe uniendo», consideró Wilders.
Wilders, que ha recibido muchas críticas por querer aliarse con el Frente Nacional y el FPÖ, dos formaciones que han realizado pronunciamientos antisemitas en el pasado, asegura «no haber visto en Marine Le Pen ningún signo de antisemitismo».
«Nunca me aliaría con partidos que fuesen racistas, xenófobos, militaristas o antisemitas», afirmó.
En la víspera del inicio de su campaña en Holanda, que hace bajo el lema «Menos Europa», Wilders criticó a la UE por su «corresponsabilidad en la crisis de Ucrania», pues en su opinión le abrieron a ese país las puertas a una posible adhesión y acrecentaron así la tensión con la población prorrusa.
El político holandés, a la cabeza en los sondeos de opinión neerlandeses tanto nacionales como europeos, está viendo como la estabilidad de su partido ha sufrido reveses por su soflama de «menos marroquíes», con que celebró su ascenso en las municipales.
Esa posición le ha costado ya la retirada de hasta ocho de sus correligionarios de partido con responsabilidades políticas en ayuntamientos y en el PE.
Conocido por sus críticas abiertas al Islam, Wilders precisó que «no tiene nada contra los musulmanes, sino contra el Islam y la influencia de una religión que restringe la libertad».
Recordó que su partido, creado en 2006 tras una escisión de los liberales del VVD (al que pertenece actual primer ministro, Mark Rutte), defiende una política migratoria restrictiva y que ningún inmigrante entre en el país sin un permiso de trabajo.
Admitió que es difícil definirle porque su programa político incluye tanto aspectos de la derecha como el proteccionismo nacional, como de la izquierda en política económica y social.
«Somos patriotas, queremos menos impuestos, no somos xenófobos ni racistas, queremos menos inmigración», indicó en un intento de definir su postura política.
Precisó que «la preferencia es volver a la moneda holandesa (el florín) y salir de la Unión Europea» sin perder los vínculos comerciales.