Seis de cada diez entrevistados en un estudio municipal admite haber sufrido agresiones verbales o físicas en la ciudad
LAURA ALZOLA. EL CORREO.- Las personas pertenecientes al colectivo LGTBI -lesbianas, gais, trans, bi e intersexuales- sufren «vulnerabilidades» en su día a día en Vitoria. En general, perciben desde «agresiones físicas» hasta «insultos y miradas despreciativas», así como «discriminación e invisibilidad». Esta es una de las conclusiones del primer ‘Diagnóstico sobre las realidades de la población LGTBI’, un estudio realizado por encargo del Ayuntamiento y presentado ayer por la concejala de Igualdad, Jaione Aguirre, junto con el portavoz de Irabazi, Oskar Fernández.
Durante seis meses -de junio a noviembre- se realizaron 107 encuestas anónimas a personas LGTBI de la capital alavesa, así como entrevistas personales. Entre los datos más significativos del estudio resaltan los referidos a las percepciones de las personas LGTBI en el espacio público de la ciudad. Y es que la mayoría de las personas participantes (57%), manifiesta haber experimentado personalmente problemas en la calle, tales como insultos, faltas de respeto o agresiones físicas. Asimismo, los números reflejan que únicamente el 24% de quienes respondieron a las preguntas del cuestionario perciben el espacio público vitoriano como un lugar «seguro» para las personas LGTBI.
Los datos del estudio
- 57% de los participantes en el estudio admite haber experimentado agresiones verbales o físicas, insultos o faltas de respeto.
- 45% señala que ha sufrido o percibido acoso en el ámbito educativo, así como falta de sensibilidad y formación del profesorado.
- 28% ha recibido comentarios, miradas o insinuaciones de tipo sexual en el ámbito laboral, o sufrido discriminación en la selección.
«Muchas personas hacen referencia a las agresiones verbales en forma de insultos y faltas de respeto que generan un impacto psicológico a quienes los reciben», reza el texto, que también hace hincapié en los resultados obtenidos en referencia a otros ámbitos, como el educativo, el laboral, el sanitario o el deportivo. Concretamente, el 45% de las personas encuestadas afirma haber sufrido «bullying, indefensión, así como falta de sensibilidad y formación del profesorado» en su paso por el sistema educativo. Al enfrentarse al ámbito laboral, el 28% dice haber recibido «comentarios, miradas, insinuaciones de tipo sexual, o sufrido discriminación en procesos de selección».
Tampoco las consultas médicas suponen una experiencia positiva para parte del colectivo LGTBI. Los datos obtenidos con el diagnóstico reflejan que para uno de cada cuatro participantes «existe un enfoque heterosexista y binarista, falta de formación y conocimiento médico y ausencia de servicios especializados para personas transexuales» en los servicios sanitarios.
Otro de los pilares de la discriminación valorado por las personas encuestadas tiene que ver con el ámbito de la cultura y el ocio, donde un 43% manifiesta «haber percibido insultos, comentarios despectivos o la negación de entrada en locales», entre otros. Asimismo, el 28% dice haber recibido insultos en el entorno deportivo de la ciudad, o haber tenido dificultades para participar en campeonatos por sexo.
Machismo en el deporte
Más allá de poner negro sobre blanco la experiencia del colectivo LGTBI en la ciudad, el trabajo reúne alguna de las propuestas de mejora ofrecidas por los participantes. Entre ellas, se encuentra la necesidad de hacer «un trabajo de sensibilización y formación a todos los niveles» en el espacio deportivo, percibido como especialmente «machista y homófobo»; sin olvidar el ámbito educativo, donde reclaman más implicación de los centros educativos y del profesorado para paliar la indefensión experimentada.