Un hombre podría perder su ojo tras el ataque a las oficinas de una asociación LGTB de la ciudad rusa. La policía ha optado por no investigar el caso al considerarlo un «caso aislado».
KIKE FUSTER. CÁSCARA AMARGA.- En la noche del pasado domingo dos hombres enmascarados abrieron fuego contra las oficinas de LaSky, una organización de apoyo al colectivo LGTB de San Petersburgo. Al parecer, la acción se produjo tras una convocatoria publicada en las redes sociales para boicotear un evento solidario contra el VIH/sida.
Las consecuencias del cruel atentado fue la hospitalización de dos personas. Una de ellas, un hombre de mediana edad, se encuentra todavía ingresada y los médicos temen que pueda perder la visión total en uno de sus ojos.
Los asaltantes, cuya identidad es desconocida, irrumpieron en las oficinas y emplearon para el ataque armas de fuego y bates de béisbol. A pesar de ello, las autoridades policiales del país dictaminaron que no había evidencias de un crimen.
Maria Markina, activista de LaSky, asegura que «la bala todavía está allí. Los médicos no están seguros de que pueden salvar su ojo ».
La propia asociación, en un comunicado oficial, reivindicó que «el ataque de hoy es el resultado de la escalada de clima homofóbico en la ciudad» y consideraron además que «el fomento de sentimientos de odio por motivos de orientación o identidad sexual, incluyendo políticos y líderes religiosos, deberían de ser juzgados».
