Vidal de Nicolás, in memoriam

, | 28 octubre, 2016

SANTIAGO GONZÁLEZ. EL MUNDO.- Era poeta, se llamaba Vidal de Nicolás Moreno y se nos murió ayer a los 94 años de edad. Formaba parte de lo que en el lenguaje de la época se llamaba la alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura.  Quizá la expresión más acabada de aquella pléyade se reunió en ‘La tertulia de La Concordia y formaron parte de ella los poetas Vidal de Nicolás, Blas de Otero, Sabina de la Cruz, Gabriel Aresti y Gregorio San Juan, el periodista Luciano Rincón, Rafael Ortiz Alfau y el abogado Antonio Giménez Pericás, los pintores Ciriaco Párraga, Dionisio Blanco, Agustín Ibarrola. También formaron parte de la misma Jesús Leciñana y su esposa Raquel, que una década más tarde fundaron una institución cultural de primer orden en Bilbao durante las décadas siguientes, la librería Herriak, de la que eran socios otros habituales, como el ensayista libertario Emiliano Serna y el médico Carlos Fuertes. Igualmente asistía a las sesiones de la tertulia Mari Luz Bellido, pintora y nexo con el mundo material de su marido, Agustín Ibarrola.

En 1962 fue detenido y sometido a un consejo de guerra que presidía el célebre coronel Eymar junto a otros militantes del PCE: Ramón Ormazábal, Enrique Múgica Herzog, Agustín Ibarrola y su hermano José María, Antonio Pericás, la pintora María Dapena y otros. Vidal fue condenado a seis años de prisión, de los cuales cumplió algo más de dos en el Penal de Burgos.

Perteneció a unas generaciones de españoles que pasaron de ser detenidos por la policía franquista a ser protegidos por escolta policial del terrorismo etarra. Vidal vivió la mayor parte de su vida sin libertad. Sólo la tuvo estos cinco años desde que ETA cesó su actividad criminal, aunque su libertad de movimientos estaba ya muy limitada por su salud, principalmente por el estado de sus piernas.

Recuerdo uno de los encuentros que en tanto que Foro Ermua mantuvimos con distintos partidos vascos durante los años en que el nacionalismo se empeñó en el Plan Ibarretxe. Durante un almuerzo que mantuvimos en el Hotel Ercilla con representantes del PSE, la que luego había de ser consejera de Educación en el Gobierno de Patxi López, Isabel Celáa mostró cierta impaciencia al urgir al Foro Ermua a que apoyara al Partido Socialista para hacer rentable su trabajo.

Con  tono de voz amable y sosegado, respondió: «Mire, señora, yo ya tengo muchos años y no espero nada especial de la vida, salvo que el espejo, al afeitarme por las mañanas no me devuelva la imagen de un hijo de puta». Vidal, querido amigo, que la tierra te sea leve.

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