VOZPOPULI.- Aparecen fotografías de presos de la banda terrorista en diversos tramos de la carrera. Covite y la Fundación Buesa reclaman a los organizadores que impidan la presencia de imágenes de reos durante el recorrido.
Varias asociaciones de víctimas denuncian que se está haciendo «culto al terrorismo» durante la korrika («corriendo»), que es una carrera popular en defensa del euskera. Covite lleva varios días mostrando pruebas de cómo aparecen imágenes de miembros de la banda terrorista en diversos tramos del recorrido. Y la Fundación Buesa se ha sumado a esta crítica. Ambos colectivos reclaman a los organizadores que impidan la presencia de estas fotografías y pancartas que a su juicio homenajean a reclusos etarras.
El grupo AEK (Alfabetatze Euskalduntze Koordinakundea: Coordinadora de Euskaldunización y Alfabetización) organiza desde hace veinte años la korrika. Se trata de una carrera en defensa del euskera en la que participan miles de personas en numerosas localidades del País Vasco y Navarra. La marcha dura diez días en los que de forma ininterrumpida los corredores se traspasan el testigo. Cada institución o cada persona puede comprar un tramo de un kilómetro de la carrera. También se comercializan los dorsales para correr. El dinero obtenido se destina a financiar las actividades de AEK, que coordina los euskaltegis, los centros donde se imparte euskera, que son estrictamente privados pero cuentan con financiación pública.
Los citados colectivos de víctimas no critican la carrera, sino la aparición durante la misma de fotografías y pancartas referentes a los reos de la banda terrorista, muchos de ellos con delitos de sangre y que no han mostrado arrepentimiento por los delitos cometidos. Como ya se ha dicho, Covite está documentando lo sucedido en las redes sociales a través de imágenes del paso de la korrika por diferentes pueblos de las dos comunidades autónomas citadas.
En la carrera de este año, que empezó el pasado 31 de marzo en Amurrio (Álava) y terminará el domingo 10 de abril en San Sebastián, nuevamente impera un ambiente festivo. Corren personas de todas las edades. La enorme mayoría de los participantes acude sin ningún tipo de simbología. Pero, al igual que en ediciones precedentes, en muchos tramos algunos corredores, colocados siempre en las primeras filas para hacer su propaganda, muestran carteles con las imágenes de presos de ETA o con mensajes referentes a los mismos.
El colectivo presidido por Consuelo Ordóñez insiste una y otra vez en que no pretende criminalizar la korrika, sino reclamar que se utilice para difundir el euskera pero no para «exaltar a los asesinos». Y por ello reclaman directamente a los organizadores de AEK que «se desmarquen o condenen» estos sucesos. Asimismo, les piden que no permitan la aparición de dichas imágenes durante el recorrido.
Así, por ejemplo, Covite decía en un mensaje de Twitter que «no todas las personas que participan en la korrika o apoyan la iniciativa están de acuerdo con que se exalte a ETA y a sus presos durante la misma, pero sí se está produciendo un culto a ETA con el silencio cómplice de quien la organiza». Y en otro clama un «basta ya» contra «la presencia de asesinos como si fuesen héroes en el espacio público» porque en su opinión esto supone «apropiarse de una fiesta popular y utilizarla para exaltar a los asesinos».
«Legitimación del terrorismo»
La Fundación Buesa recordaba este martes en las redes sociales que «Covite denuncia el ‘culto al terrorismo’ durante la korrika y pide poner fin a «la exaltación» de reclusos de la banda en el espacio público». «Nos sumamos a esta denuncia». De hecho, este mismo colectivo denunció que el pasado fin de semana, durante el paso de la carrera festiva por Vitoria, pudo verse la imagen del etarra Diego Ugarte, que precisamente está cumpliendo una condena de 30 años por asesinar a Jorge Díez y a Fernando Buesa. «La legitimación del terrorismo de ETA sigue presente en nuestras calles y lejos de ignorarla debemos denunciarla y rechazarla».
El citado caso de Ugarte no es el único que se ha visto estos días. Quizás el ejemplo más grave denunciado por las víctimas sea el de la localidad vizcaína de Galdácano, de donde son originarios varios etarras que ahora mismo están cumpliendo sus condenas. Allí, durante la korrika, algunos asistentes portaban las imágenes de Javier García Gaztelu, alias Txapote, Jesús Martín Hernando, Iosune Oña Ispizua, Jon Bienzobas y José Ignacio Cruchaga.
La korrika en Madrid
Otra de las tradiciones de la korrika es que se corra en otras localidades de forma simbólica. Tradicionalmente esta carrera por el euskera se celebraba también en Madrid con el sobrenombre de «korrika chulapa». En esta edición el Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez Almeida no quería permitirlo. Más en concreto, la Junta de Chamberí decidió denegar el permiso por «la saturación de eventos» en ese distrito, según publicaron varios medios.
Esa denegación del permiso generó cierta polémica porque desde la izquierda criticaron con severidad al Consistorio. Por ejemplo, el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, se quejaba afirmando que «una de las cosas que hacen grande a España es su pluralidad lingüística; celebrar una lengua no puede ser motivo de prohibición». Y el conocido ecologista y diputado de Podemos Juantxo López de Uralde también denunciaba la situación.
Lo previsto por los organizadores era que la korrika partiera del área de Estudios Vascos de la Universidad Complutense, pasase por la Escuela Oficial de Idiomas de Jesús Maestro, junto a la avenida Filipinas, y terminase en la Euskal Etxea de Madrid, ubicada en la calle Jovellanos, cerca del cruce de Alcalá con Gran Vía. Finalmente, y pese a la ausencia de permiso en un distrito, la carrera se celebró como en ediciones precedentes.