elDiario.es.- El grupo sanitario Ribera anuncia que ha tenido que contratar seguridad privada para vigilar el centro después de que hasta una recepcionista fuera zarandeada y asegura que esos ataques vienen “de la población”, mientras que el Ayuntamiento había advertido de graves deficiencias en el funcionamiento del ambulatorio y se había mostrado muy crítico con la mercantil.
Los profesionales del consultorio de Xaló, adscritos a la zona básica de Benissa, han denunciado las “constantes agresiones, tanto físicas como verbales, que vienen sufriendo en los últimos meses por parte de la población”. En concreto, la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales del Departamento de Salud de Dénia –DSD- ha recibido seis denuncias -cinco verbales y una física- interpuestas por el personal adscrito al consultorio: un médico, un pediatra y una persona de apoyo.
Así lo asegura el grupo Ribera, propietario de Marina Salud. Esta mercantil detalla que “la mayor parte de las agresiones se han dirigido contra el personal de apoyo, que realiza tareas administrativas en el mostrador de recepción”. Los profesionales denuncian que “las malas formas son constantes y que les han llegado a espetar frases como Jódete perra e incluso insultos xenófobos, como Venezolana de mierda. En una ocasión, aseguran, han llegado a zarandear a la recepcionista.
A pesar de que la situación ya fue comunicada al Ayuntamiento que a través de su perfil de Instagram conminó a la población a mantener un comportamiento adecuado, Ribera asegura que “los insultos, gritos, amenazas y difamaciones han continuado produciéndose, por lo que la concesionaria ha tenido que contratar seguridad privada para vigilar el centro”. Según manifiestan los profesionales,“desde que se ha adoptado la medida, la situación de crispación ha cambiado radicalmente”. El departamento jurídico de Marina Salud no descarta emprender acciones legales contra los autores de las agresiones.
Por su parte el Ayuntamiento de Xaló presentó este mismo mes de mayo una denuncia oficial por las graves deficiencias en cuanto a recursos humanos que presentaba el consultorio, con tan solo un médico para atender a tres poblaciones y demoras de 30 días en las citas. Entonces el alcalde, Joan Miquel Garcés, de Compromís, se mostró muy crítico con la política de la mercantil en al Marina Alta.
