Colectivos juveniles del distrito llevan a cabo una campaña de sensibilización a través de las redes sociales y distribuyendo octavillas
DANIEL GUINDO. LAS PROVINCIAS.- «Los jóvenes y vecinos de Patraix comunicamos a todas las organizaciones y colectivos de la ciudad de Valencia la aparición de un nuevo centro neonazi en nuestro barrio». Así de contundente arranca el texto impreso en unas octavillas que están circulando por el distrito desde finales del mes pasado, y con las que colectivos juveniles quieren dar la voz de alarma sobre lo que temen se convierta en un nuevo foco de conflicto en la ciudad de Valencia.
A través de las redes sociales, grupos como Joves de Patraix y otros colectivos, como un centro social del distrito, advierten de la apertura, a mediados del mes de septiembre, de un local en la calle Francisco Climent que, supuestamente, sirve de centro de reunión para un grupo ultra; por lo que solicitan a sus seguidores que «extremen las precauciones» cuando frecuenten la zona.
Fuentes de estos colectivos quisieron dejar claro que su intención no es generar alarma entre los residentes, pero recuerdan que las zonas en las que se han abierto centros de este tipo han registrado conflictos en la convivencia. Sin embargo, admitieron que, hasta el momento, no se ha tenido que lamentar ningún tipo de incidente, por lo que están tratando el asunto «a nivel vecinal». Sobre ello indicaron que se está intentando desarrollar una campaña informativa y de sensibilización entre los residentes para hacerles llegar la existencia de este nuevo grupo con sede en el distrito.
A la asociación de vecinos del barrio de Patraix (uno de los cinco que componen el distrito) también han llegado noticias de la apertura de este nuevo centro, pero desde la entidad recalcaron que no corresponde a las asociaciones de residentes intervenir en este tipo de situaciones. En esta línea, recordaron que los colectivos vecinales siempre tratan de velar por la convivencia, por lo que dejan en manos de la Administración que interceda en casos de conflicto o en los que se pueda registrar alguna ilegalidad.
Las octavillas, en las que figura una cruz gamada tachada y un logo utilizado por grupos autodenominados antifascistas, hacen referencia también a la puesta en marcha de otro centro de similares características en el distrito de La Torre, y recuerdan los casos de los denominados hogares sociales de Madrid y Zaragoza, gestionados por grupos de ultraderecha, para advertir de los problemas de convivencia que pueden generar un local de estas características «en una zona obrera con un alto porcentaje de inmigración», según reza el escrito.
A todo ello se une la proliferación de pintadas y pegatinas que ensucian muros y contenedores del distrito, y que también denuncian la situación y reclaman la movilización vecinal contra los colectivos neonazis.
Asimismo, la fachada de uno de los centros sociales del distrito, ubicado en la calle Pintor Cortina, también sufrió la acción de los vándalos a finales de septiembre, pero en esta ocasión con la pintada de una cruz céltica nazi, habitual entre los grupos que abogan por la supremacía blanca.
Protesta en Orriols
También está presente todavía la tensión vivida el pasado mes de marzo en el barrio de Orriols, en el que la ONG Hogar Social Patriota María Luisa Navarro realizó un reparto de comida sólo para españoles; precisamente en una zona con un alto índice de población extranjera.
La indignación se apoderó de parte de los residentes del barrio, que incluso llegaron a convocar manifestaciones al considerar el acto de reparto de comida sólo para españoles una «provocación». También del grupo municipal socialista, que llevó el caso a la Fiscalía para que investigara si había delito por discriminación de parte de la población.