«Nada más entrar levantaron los palos y se pusieron a repartir», describe una de las testigos, que se escondió tras la barra de un bar de Cimavilla
I. PELAEZ. LA NUEVA ESPAÑA.- Un grupo de no menos de diez miembros,encapuchados y con distintivos neonazis en sus vestimentas según los denunciantes, asaltó en la pasada madrugada un establecimiento hostelero de la calle Óscar Olavarría, en el barrio de Cimavilla, armados con objetos contundentes como barras de hierro y martillos para tratar de agredir a los clientes. Dentro del local se estaba celebrando una fiesta del Unión Club Ceares, aunque había clientes ajenos a la entidad deportiva. El incidente, que investiga la policía, se saldó con varios heridos de diversa consideración -ninguno grave- y no fue necesaria la asistencia sanitaria en el lugar de los hechos.
El asalto a este local dedicado al ocio nocturno ocurrió en torno a las 1.30 horas del domingo. Un grupo de al menos diez integrantes, según los testigos, accedieron al establecimiento encapuchados, con la cara tapada, y «exhibiendo barras de hierro, martillos y una maza». «Fue todo muy rápido, me libré de los garrotazos porque me escondí junto a una amiga detrás de la barra nada más verles entrar», describe una de las presentes en el bar y que en la mañana de ayer presentó una denuncia en Comisaría por lo sucedido. «Fue una situación dantesca, no había visto algo así en mi vida», añade la perjudicada, que se libró de ser agredida.
Una vez en dentro del local, perfectamente armados y con distintivos neonazis en su vestimenta, «nada más entrar, levantaron las barras y comenzaron a dar a todo el mundo, sin preguntar; pero había tanta gente dentro que se logró echarles y cerrar la puerta», relata la denunciante. Uno de los implicados comenzó a aporrear el cristal y la puerta con un martillo, citan las mismas fuentes. Acto seguido, el dueño del establecimiento llamó a la policía para denunciar los hechos pero, pese a la rapidez de la intervención, el grupo identificado ya se había dado a la fuga. No obstante, los denunciantes pusieron en manos de los investigadores un vídeo grabado desde el exterior del local en el que se ve a los integrantes del grupo. «Es un local de lo más normal, había una fiesta del Ceares pero estaba mucha más gente, no se puede consentir esta violencia», reflexiona.
El peor parado de este incidente -además de otras personas con hematomas- fue uno de los jóvenes que trató de impedir el acceso al bar y trató de expulsarles. Acabó con una brecha en la cabeza. Varios de los presentes trataron de contener la hemorragia y después le llevaron hasta un centro de salud donde fue debidamente atendido de la herida. Acto seguido fue dado de alta.
Condena a la violencia
A raíz de este suceso han sido varias las voces de condena de la violencia en Gijón. «Este tipo de agresiones no pueden consentirse en la ciudad; incidentes de este calibre en ningún caso pueden obviarse ni mucho menos normalizarse», valoró el portavoz municipal del PSOE, José María Pérez, que exigirá explicaciones al concejal de Seguridad Ciudadana en el Ayuntamiento, Esteban Aparicio, sobre lo ocurrido en Cimavilla. El concejal socialista, además, ha recordando que «en los últimos años se han producido episodios violentos en la ciudad» y es por ello que desde el PSOE reclaman «más actuaciones para atajar este tipo de comportamientos que no tienen cabida en nuestra sociedad».
Otra de las voces más críticas con este episodio ha sido la de Mario Suárez del Fueyo, portavoz de Xixón Sí Puede que, además, responsabiliza de lo ocurrido a un grupo concreto. «Hay que acabar con la impunidad de los sectores más radicales de Ultra Boys, pues cada vez se creen más dueños de la ciudad», expone Suárez del Fueyo. El líder de la marca local de Podemos insta además a que «se investigue hasta las últimas consecuencias» este asunto y que, además, el Real Sporting, las autoridades policiales y el conjunto de instituciones tomen medidas contra «los violentos». «Sólo ejerciendo la máxima presión policial y judicial podremos lograr expulsar de todo recinto deportivo a los violentos», requiere Fueyo. Por último, el concejal recuerda que el Ceares «no es la primera vez que sufre agresiones de los sectores violentos de ultraderecha y ya es hora de pasar de condenar los hechos a las condenas judiciales», concluye. En 2012, por ejemplo, agredieron al vicepresidente de la entidad.
También Izquierda Unida se suma la condena y exige una profunda investigación de lo sucedido. «Las agresiones y manifestaciones fascistas en nuestra ciudad han dejado de ser una excepcionalidad para ser un hecho recurrente ante la total impunidad con la que actúan», señala el coordinador de la formación Faustino Sabio. «Es necesario actuar con contundencia y actuar de una vez», matiza Sabio.