Centenares de vecinos se manifestaron contra la estancia de los migrantes en el pueblo alegando que no era una cuestión de «racismo», sino de «miedo al contagio»
AGENCIAS. PÚBLICO.- Al grito de «perros», «maricones» e «hijos de la gran puta». Así han tenido que desalojar, los miembros de la Cruz Roja, a los seis migrantes argelinos que fueron albergados y puestos en cuarentena en una vivienda del barrio de Los Nietos del municipio de Cartagena.
Varias de estas personas, llegadas en pateras el pasado fin de semana, dieron positivo por coronavirus y otras tantas fueron puestas en aislamiento preventivo en varios centros propiedad de la institución humanitaria a la espera de que las autoridades competentes resuelvan sobre su custodia.
Centenares de vecinos se manifestaron entonces contra la decisión alegando que no era una cuestión de «racismo», sino de «miedo al contagio». Muchos de ellos argumentaron que las autoridades no les habían informado sobre lo ocurrido y que los traslados se hicieron de madrugada.
Ante la posibilidad de represalias personales contra los migrantes y el aumento de la tensión vecinal, los jóvenes fueron trasladados al barrio de San Antón, en Murcia, donde igualmente fueron increpados por medio centenar de vecinos.
No fue «racismo», sino «miedo al contagio»
La presidenta de la Asociación de Vecinos de Los Nietos (Cartagena), Nani Vergara, ha asegurado que la presión vecinal no fue por motivos de «racismo», sino por el «miedo al contagio», y que estas personas migrantes «pudieran poner en riesgo la vida de los vecinos del pueblo».
En este sentido, ha criticado la gestión de la administración central y de la ONG porque no habían «avisado ni comunicado» a la asociación ni a la Federación de Asociaciones de Vecinos, Usuarios y Consumidores de Cartagena y Comarca sobre la llegada de estas personas.
Además, Nani Vergara ha aclarado que un vídeo grabado con su teléfono móvil por una vecina en el que se escuchan insultos hacia los inmigrantes «no representa a los vecinos porque en el pueblo no somos racistas», y que la presión vecinal fue por «el miedo al contagio por la covid».