Quim Torra destaca el «compromiso con la sociedad» de los detenidos el lunes
ALEX GUBERN / PABLO MUÑOZ. ABC.– Uno de los detenidos en el operativo de la Guardia Civil contra un grupo de personas vinculadas a los Comités de Defensa de la República (CDR) acusados de formar una organización de tipó terrorista lideró una candidatura municipal de ERC en 2011. Se trata en concreto de Xavier «Txevi» Buigas, que en 2011 encabezó la lista de los republicanos de la localidad de Folgueroles (Barcelona), donde fue edil durante ese mandato, logrando doblar la representación del partido, pasando de uno a dos concejales. El propio líder de ERC Oriol Junqueras, ahora en prisión preventiva a la espera de conocer la sentencia del juicio del «procés», asistió a la presentación de la candidatura de Buigas.
Definido como una persona muy implicada con el independentismo y la vida asociativa de este municipio –es un perfil similar al del resto de detenidos–, su arresto se produjo no obstante en la masía en la que se había instalado hace pocos meses junto a su familia en el municipio de SantPere de Torrelló (Barcelona), y que también fue registrada por agentes del Instituto Armado dentro del operativo lanzado el lunes. Buigas trabaja ahora para la Diputación de Barcelona dentro del espacio natural Guilleries-Savassona, uno de los doce que gestiona la entidad supramunicipal, según informó el alcalde de Folgueroles, quien aseguró que a Buigas «no le encontrarán nada» porque es «un hombre de paz». A diferencia de su criterio, y la de todo el independentismo, la investigación sostiene que Buigas, junto a los otros ocho detenidos, habría creado un grupo paralelo emanado de la estructura de los CDR, pero éste ya con objetivos terroristas.
«Finalidad política»
La reacción del alcalde de Folgueroles fue análoga a la de todo el secesionismo, que, abonado a la teoría del montaje policial, insistió en destacar el papel de personas implicadas socialmente de los detenidos. De hecho, y en una carta remitida al presidente Pedro Sánchez, Quim Torra, jefe del ejecutivo catalán, aseguró que «el lunes nos despertamos en Cataluña con el ruido de golpes de puerta de la Guardia Civil en casa de personas comprometidas con su sociedad». Sin ni siquiera admitir la posibilidad de que efectivamente los detenidos tuviesen intención de cometer acciones violentas, Torra señaló en su misiva que estos «fueron detenidos y acusados de terrorismo en una operación judicial-político-mediática». «Le quiero transmitir mi indignación y la de todo el gobierno de Cataluña, así como de una parte muy importante de la ciudadanía catalana, por un ejemplo más de la utilización de los aparatos del Estado para una finalidad política de parte», resaltó el jefe del ejecutivo autonómico en la carta con destino al Palacio de la Moncloa. Por otra parte, el «president» cargó contra lo que califica de «detenciones preventivas» y afirma que vulneran el Estado de Derecho.
Es el mismo Torra que el 1 de octubre de 2018 –en el primer aniversario del referéndum ilegal– se felicitaba de las acciones de los CDR y ante un grupo que se manifestaba ante él denunciando la inacción de la Generalitat les jaleó asegurando que «hacéis bien en apretar». Esa misma tarde, un grupo de manifestantes trató de asaltar el Parlamento catalán, uno de los objetivos precisamente con que también estaría trabajando el grupo desarticulado el lunes, según aseguraron fuentes de la investigación.
En esta línea, en la misma misva, Torra consideró que el operativo desplegado el lunes por la Guardia Civil busca «inventar un falso relato de violencia en Cataluña». El independentismo «ha sido, es y será» un movimiento «pacífico no-violento» que busca lograr la independencia siempre por medios democráticos, añadió Torrra.
También en defensa de los CDR salió ayer el presiente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell: «Conozco a muchos empresarios (¡algunos muy grandes!) que han colaborado en los CDR y tengo claro que no hay espíritu violento».
De hecho, los partidos independentistas salieron ayer en tromba para denunciar lo que consideran que es un intento de criminalizar este movimiento. El mismo lunes se produjeron manifestaciones para protestar contra las detenciones. En una de ellas, frente a un cuartel de la GuardiaCivil en Barcelona, se acabó coreando: «Pim pam pum, que no quede ni uno».