La página, con datos de 5.258 personas, es un proyecto de la asociacion Amical de Mauthausen y el Ministerio de la Presidencia
MANUEL MORALES. EL PAÍS.- A escondidas y jugándose el pellejo, tres españoles prisioneros en Mauthausen, en el que estaban destinados a las oficinas de este campo nazi de exterminio, lograron hacerse con la documentación de los compatriotas con los que compartían el infierno. Aquellos papeles, transmitidos por los supervivientes, han sido fundamentales para, 75 años después, la web que han presentado este jueves, en el Instituto Cervantes, el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, y el historiador Juan Manuel Gascón, de la Asociación Amical de Mauthausen y otros campos. La página (https://fallecidosenloscamposnazis.org) recopila los datos personales y, en los casos que se ha podido, una pequeña biografía de las 5.258 personas que murieron, de las 9.000 deportadas desde Francia entre 1940 y 1944 a los diferentes campos del nazismo.
Un ejemplo es el de Joaquín Moya Braulio, nacido en Ejulve (Teruel), en diciembre de 1900. Su familia campesina se trasladó a Sant Cugat del Vallés (Barcelona); él fue fogonero en una fábrica de cerámica y militó en el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Huyó de España a comienzos de 1939, pero los nazis lo detuvieron en mayo de 1940 en Francia. Murió el 15 de octubre de 1941 en el campo de Gusen.
Martínez explicó que esta base de datos, «la más completa en cuanto a personas muertas», surge de la Ley de Memoria Histórica que se aprobó en 2007, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y recordó cómo miles de españoles, que se habían marchado a Francia ante el avance de las tropas de Franco, estuvieron en campos de refugiados al sur del país galo y después se alistaron en las Compañías de Trabajadores Extranjeros. Su destino fue, sobre todo, la construcción defensiva de la línea Maginot, a lo largo de la frontera francesa con Alemania. Sin embargo, unos 7.000 cayeron en manos de los nazis cuando estos tomaron Francia.
Los otros 2.000 —hasta completar los 9.000 deportados— no lucharon con picos y palas, sino con las armas porque estaban en la Resistencia francesa y fueron capturados a partir de 1943. Por último, hubo un pequeño número de «judíos con nacionalidad española, en su mayoría mujeres», agregó el secretario de Estado. A todos se les identificaba en Mauthausen con un triángulo azul cosido a sus ropas.
Calvo Gascón explicó el funcionamiento de la web Víctimas mortales de los campos nazis, cuyas fuentes han sido familiares de los prisioneros, asociaciones, historiadores… La página contiene una base de datos en la que se puede buscar a las personas por el nombre y apellidos, fecha y lugar de nacimiento, fecha del fallecimiento y campo en el que murió. Este investigador, que pertenece a la junta de la asociación Amical, señaló que los datos pertenecen a víctimas mortales entre agosto de 1940 y de 1945, el periodo del que tienen constancia de fallecimientos y que, tras un debate en su organización, se decidió dejar fuera a los que perdieron la vida meses después, como consecuencia de las condiciones infrahumanas sufridas en los campos.
Los datos fríos estremecen. Mauthausen fue el principal punto de exterminio de españoles: 4.758 cayeron allí. A mucha distancia, Dachau, con 138. Otra rápida consulta en la web, por meses, permite saber que el invierno de 1940-1941 fue el momento más dramático, con casi 2.400 víctimas. También se han clasificado los muertos por edades, lo que certifica que también hubo niños: uno con 7 años y otro con 8. «Eran probablemente judíos y habían llegado allí con sus madres», agregó Calvo, «aunque también nacieron niños en esos sitios». El grueso de los que no volvieron tenían una edad comprendida entre los 22 y los 40 años. El mayor de todos tenía 71.
Además, se puede hacer una comprobación por los lugares de procedencia. Cataluña fue la más afectada, con 1.169 muertos registrados (en Barcelona, 576), seguida de Andalucía, con 1.002. La provincia andaluza más castigada fue Málaga (152).
Al acto de presentación acudieron familiares de víctima, que recordaron el papel que tuvo la diplomacia franquista, sobre todo en Francia, para que aquellos españoles acabasen finalmente en campos de exterminio. Un hecho que retomó Calvo para advertir de que la presencia hoy en la vida política española de la extrema derecha busca provocar, «a través de mociones de partidos políticos, el enfrentamiento entre víctimas, los judíos y los republicanos españoles, como si los hubiese de distintas categorías».