La organización griega de carácter neonazi adiestra a sus miembros en el manejo de distintos tipos de armas, da clases para encontrar arterias y cómo dar palizas a disidentes
SILVIA ÁLVAREZ. EL MUNDO.- Sacrificio de corderos, distintos tipos de armas, clases para encontrar arterias y cómo dar palizas a algunos miembros que querían abandonar la organización. Estas fueron algunos de los detalles escalofriantes de la declaración de una ex militante de Amanecer Dorado ante el tribunal en los procesos judiciales que se están llevando a cabo en Atenas desde 2015 contra varios miembros prominentes del partido neonazi por pertenencia a organización criminal y asesinato entre otros delitos.
Entre los 68 procesados, acusados por su supuesta implicación en el asesinato del rapero antifascista Pavlos Fyssas el 17 de septiembre de 2013, se encuentran el líder de Amanecer Dorado Nikolaos Michaloliakos e Ilias Kasidiaris, diputado portavoz del partido en el parlamento griego y estrecho colaborador de Michaloliakos.
Tras 6 años en el partido, la antigua militante de Amanecer Dorado a la que se ha denominado como «Testigo E» para mantener su identidad en el anonimato, decidió alejarse de la organización en 2010. Después de recibir constantes amenazas por parte de sus antiguos compañeros e incluso de que se emitiera una «orden de paliza» contra ella (que a día de hoy sigue vigente y por la cual cualquier miembro del partido deberá «romperle las piernas» si se la encuentra), se vio obligada a abandonar su trabajo y su hogar.
En su declaración la testigo habló sobre patrullas y guardias nocturnas por el centro de Atenas y de lecciones sobre matanzas y cómo exterminar al enemigo, en las cuales declaró no haber participado porque ni «estaba en su naturaleza» ni «lo permite la ideología nacionalsocialista».
Según su testimonio la escalada de agresiones violentas contra inmigrantes y militantes de izquierda comenzaron en 2006 aunque los «ataques con cuchillos empezaron oficialmente en 2010«.
La testigo afirmó ante el tribunal haber estado en las oficinas de la organización cuando Nikos Míjos, ex diputado del grupo ultraderechista, «canceló una ‘clase’ de masacre en la que mostraría a otros miembros del partido cómo utilizar los cuchillos para encontrar y golpear en las arterias».
Según la declarante, todos los miembros de la organización debían llevar armas porque se encontraban bajo «riesgo» de ataque y describió cómo el mencionado ex diputado le había propuesto venderle un arma y balas. También relató cómo el hermano de Ilías Kasidiaris, al que tenía que informar de todo por ser su «supervisor», se pasaba los días apostado frente a la puerta de su casa «de brazos cruzados».
Asimismo la testigo narró su participación en un incidente ocurrido en Villa Amalía, donde acudió después de la llamada del propio Kasidiaris. «Allí me encontré con Kasidiáris y unos 15 jóvenes que se marchaban porque la concentración de anti anarquistas alcanzaba los 5.000 participantes. Me nombraron líder de un equipo de tres, incluyendo un menor. Nos dieron cascos, bates y nos dijeron que aguantáramos en una calle. Fue entonces cuando me di cuenta de que me «comerían», que estaba sola allí con esos dos chicos y decidí desaparecer. Les pedí que soltarán los bates, metimos al menor en un taxi y el otro chico y yo nos besamos, haciendo que éramos pareja para pasar entre los anarquistas«.