El Confidencial/Fátima M. Del Toro.– La asociación Hay Raíces desvela explotación sexual en los alrededores del centro que acoge a cerca de 400 personas en Tenerife.
Furgonetas que se acercan, un conductor frena y ofrece un pantalón nuevo a cambio de una felación. Otro promete un mechero. Visita al supermercado y pagar un pack de cervezas si, a cambio, hay manoseos. Son situaciones que describen algunos inmigrantes en los alrededores del centro estatal de acogida Las Raíces en Tenerife.
Los ofrecimientos abarcan todo tipo de intercambios: alcohol, drogas, lavarles la ropa o duchas de agua caliente que proceden tanto de hombres como de mujeres de todas las edades. Ocurre a diario. «Ellos no quieren sexo, pero algunos caen por su extrema vulnerabilidad«, asegura a El Confidencial Zebenzuí Expósito, vicepresidente de la ONG Hay Raíces.
Las propuestas también se extienden a las redes sociales. Expósito afirma que, «esta misma mañana, una chica le envió a uno de ellos un mensaje por Instagram para que le diera su teléfono. Se resistió, pero finalmente se lo dio. Lo siguiente fue una videollamada porque quería ver su pene y ofrecerle 200 euros para publicar un vídeo«.
No es una situación nueva. Expósito asegura que está pasando desde hace al menos dos años «y nadie ha hecho nada«. «En la Delegación del Gobierno nos han dicho que es un asunto de la ONG que gestiona el centro, y ellos que es competencia de la Delegación; se pasan la pelota y no tenemos respuestas«.
Relata también que él pudo experimentar personalmente una de esas situaciones: «Me hice pasar por un inmigrante. Hacía frío y me cubrí con una chaqueta gruesa. Me acerqué a la carretera. Llegó un coche, paró, me abordó y me insistió para que me subiera«.
Expósito declara que estos hechos los tiene acreditados con pruebas. Los ha denunciado a la Policía, «pero nos dicen que la prostitución no es ilegal y que, al ser mayores de edad, son relaciones consentidas. Pero yo me pregunto ¿y cómo protegemos los derechos de estas personas que, sobre todo, son vulnerables?». El Código Penal, no obstante, sí tipifica el delito de prostitución cuando la víctima se encuentre en una situación de necesidad o vulnerabilidad.
Al ser cuestionado si estas acciones pueden estar coordinadas por grupos organizados o son de carácter individual, el portavoz de Hay Raíces cree que se están dando ambas situaciones, «aunque hay cierta organización cuando les suministran drogas«.
La Delegación del Gobierno en las islas ha confirmado la existencia de dos denuncias que investiga la Policía Nacional y Rafael Yanes, Diputado del Común —la figura similar en Canarias al defensor del Pueblo—, anunció en la cadena COPE que intervendrá «porque el Gobierno de España no puede mirar hacia otro lado«.
«No estamos hablando de personas mayores de edad que tienen la libertad de compartir su intimidad con quien quiera. Estamos hablando de una coacción a personas de extrema vulnerabilidad que llegan con la ilusión de mejorar sus expectativas de vida, no saben qué futuro les espera y, en esta situación, hay personas que se aprovechan«.
Un establecimiento polémico
El centro Las Raíces, un antiguo campamento militar, tiene capacidad para alojar a unas 2.000 personas, aunque en la actualidad se encuentran entre 360 y 380 alojados. ACCEM es la ONG que lo gestiona. Un portavoz ha informado a El Confidencial que tienen conocimiento de estos sucesos y que los han comunicado a las autoridades.
«A algunos usuarios los hemos acompañado a dependencias policiales a interponer denuncia«, aunque no determina en cuántas ocasiones y se limita a añadir que el porcentaje es muy bajo. También señala que han ofrecido a los inmigrantes toda la información relativa a sus derechos y a los riesgos que pueden correr cuando salen del establecimiento.
Grupos de inmigrantes han protagonizado huelgas de hambre al entender que sufrían «condiciones indignas»
Niega que se estén produciendo casos de explotación sexual en el interior del centro «porque no puede entrar nadie salvo los usuarios y los trabajadores», reconoce que en la Delegación del Gobierno saben lo que está sucediendo y señala que no han recibido ninguna instrucción al respecto.
No es la primera vez que surgen quejas en torno a este recurso dispuesto por el Gobierno central en Canarias. Grupos de inmigrantes han protagonizado huelgas de hambre al entender que estaban en «condiciones indignas» por la mala calidad de la comida o la falta de agua caliente.
Sobre este último punto, el portavoz de Hay Raíces afirma que sigue ocurriendo: «Yo mismo los traigo a mi casa para que se duchen. Solo tienen dos horas al día para hacerlo y no hay agua caliente para todos«. Sin embargo, desde ACCEM aseguran que, cuando han tenido incidencias como esta, «se han puesto todos los medios para subsanarlas lo antes posible. No son problemas crónicos«.