La Voz de Galicia A. S.- La progenitora dice que la niña lleva tres años en esta situación y que tiene miedo de volver a la escuela. El centro afirma que abrieron el protocolo pertinente y no observaron motivos de preocupación.
Una niña de 4º de Educación Primaria del CEIP A Ponte, en Lugo, no está yendo a clase. No está enferma, ni está de viaje, ni nada similar. Esta pequeña, de nueve años, no quiere ir al colegio porque sufre acoso escolar. Al menos, eso dice su madre. La progenitora ha denunciado estos hechos no solo en el centro educativo, sino en la comisaría provincial de la Policía Nacional de Lugo. En el CEIP A Ponte, sin embargo, niegan este bullying y afirman que el protocolo que abrieron no detectó nada anormal.
Según dice la madre de la menor, todo empezó hace unos cinco años, en Educación Infantil. «La llamaban puta y gorda. Luego, pasó a las agresiones físicas. Empezaron a tirarle del pelo, a meterle piedras en la mochila y a tirarle la comida al suelo. Ella ha sufrido mucho. Ha llegado a tener ataques de pánico y a orinarse encima, siendo ya mayor. Con la pandemia, mejoró, porque no tenía que ir a clase, pero al volver este curso, la situación se ha vuelto horrible. Ella no puede más, ya no quiere ir al colegio», resume.
Por lo tanto, hace unas semanas, la madre tomó dos decisiones. La primera, denunciar ante la Policía Nacional a varios compañeros de su hija y a varios profesores —a los que acusa de agredir físicamente a su hija con agarrones y tirones—, por el acoso. «Mi hija no quería denunciar, porque en el centro le dijeron que si hacíamos algo, les podían quitar la custodia a los padres de sus compañeros», lamenta la madre.
La denuncia quedó archivada
La segunda decisión fue dejar de llevar a su hija a la escuela. Esta elección la tomó tras la «decepción» que se llevó después de informar al colegio de lo que le ocurría a su hija. «En la dirección del centro y en la jefatura territorial de Educación nos denegaron el cambio de colegio. Nos trataron fatal, a mí y a mi hija. Ni siquiera abrieron el protocolo pertinente», explica la denunciante.
La querella que puso en comisaría, además, quedó archivada poco después. «Me llamaron de la Fiscalía de Menores unos días después para preguntarme qué había pasado. Creo que no me hicieron ni caso, porque a la semana siguiente ya me avisaron de que cerraban el caso. Ya no sé qué más hacer», afirma la madre.
El centro dice que el protocolo que activaron no detectó el supuesto acoso
El centro, sin embargo, tiene una versión opuesta. Principalmente, ellos afirman que sí se activó el protocolo previsto para posibles casos de acoso escolar. Esto lo ratifica la Consellería de Educación, que respondió a la consulta de La Voz afirmando que «o centro abriu un protocolo, que se pechou sen que se detectara acoso».
Desde la jefatura de estudios del centro, afirman que «este caso xa vén de hai anos, e aínda non nos explicamos por que a nai desta alumna insiste en algo que nós xa comprobamos que non existe». Durante el tiempo en el que el protocolo ha estado activo —desde el centro afirman que sigue abierto—, los trabajadores del CEIP A Ponte «non observamos nada do que di a nai, só a unha nena feliz e que se relaciona con normalidade cos compañeiros».
La madre no justifica las faltas
Eso, al menos, hasta hace unas semanas. Ahora, hace un tiempo que la pequeña no va a clase. «A nai díxonos que estaba con gastroenterite. Cando lle pedimos un xustificante médico, tróuxonos o turno da sala de espera de urxencias, onde non pon nin o nome do paciente», dicen desde el colegio. Ahora, la apertura del expediente por absentismo escolar es ya una realidad.
Según ellos, las faltas injustificadas de la pequeña son anteriores a las supuestas denuncias de acoso. «Estamos seguros de que todo isto xurdiu polo malestar da nai cando lle dixemos que lle íamos abrir un expediente por absentismo escolar», cuentan desde la dirección del centro.
«Estamos seguros de que a nena está pasando un momento moi malo. Pero non por ningún caso de acoso, senón polo comportamento da nai e polas ideas que lle mete na cabeza. Estalle facendo moito dano á nena», añaden desde el CEIP A Ponte. Allí, concluyen diciendo que están «moi tranquilos» porque «fixemos todo o que tiñamos que facer e non vimos nada do que preocuparse».
El incidente podría pasar en cualquier centro educativo. Dos niños empujan y llaman tonta a una compañera durante el recreo y, al salir de clase, llegan a las manos y se produce una agresión que los padres de la víctima denuncian ante la Justicia. Este fue el hilo conductor del juicio que sentó este viernes en el banquillo de los acusados de un juzgado ourensano a dos niños. Como público, medio centenar de estudiantes del colegio Mestre Vide, de la capital de As Burgas. Ellos no sabían que aquello era en realidad una simulación, así que durante más de una hora escucharon las declaraciones no solo de los acusados, sino también de la madre de la denunciante e incluso de un forense.