El concejo municipal del pueblo de Murdock basó su votación en el derecho a la libertad religiosa que protege la Primera Enmienda en Estados Unidos
ANTONIA LABORDE. EL PAÍS.- La organización religiosa Asatru Folk Assembly (AFA), que abraza el supremacismo blanco, ha conseguido un polémico permiso municipal para realizar sus reuniones en una antigua iglesia en el pequeño pueblo de Murdock (Minnesota). La decisión tomada la semana pasada por el concejo, basada en el derecho a la libertad religiosa consagrado en la Constitución, ha provocado el rechazo de los vecinos de la localidad, de menos de 300 habitantes, que temen convertirse en “la capital del odio de Minnesota”. El permiso también ha abierto el debate sobre cómo los grupos de odio explotan su estatus religioso respaldándose en la Primera Enmienda.
En un acalorado debate sostenido el miércoles pasado con los miembros del concejo municipal, medio centenar de residentes se quejaron por la presencia de la Asatru Folk Assembly. La organización, también presente en California y Carolina del Norte, practica una fe precristiana y acepta solo blancos de origen europeo entre sus miembros que, según algunas estimaciones, alcanzan los 800 en Estados Unidos. El Southern Poverty Law Center, la institución de referencia en el estudio del extremismo, la califica como un grupo de odio por defender una ideología racista.
Los residentes de Murdock, territorio republicano, llevaban meses alegando sobre las intenciones de AFA de instalarse en el pueblo. El pasado miércoles perdieron la batalla cuando el concejo municipal votó tres a uno a favor de concederle al grupo supremacista blanco un permiso anual para celebrar sus reuniones en una vieja iglesia luterana que la organización compró en julio. Cuando se hicieron con el lugar de culto no sabían que necesitaban una autorización municipal. Los miembros del concejo apagaron sus cámaras a la hora de votar y no dijeron sus nombres, provocando la indignación de los vecinos. Pero en un pueblo tan pequeño, sus voces los delataron. El concejal James Diederich, que votó a favor, explicó que se trataba de un asunto constitucional.
“La ciudad de Murdock condena el racismo en todas sus formas: consciente, inconsciente, en cualquier lugar, en cualquier momento, ahora y en el futuro”, sostuvo en un comunicado el alcalde Craig Kavanagh tras la votación del pasado miércoles. En su declaración agregó que los miembros del concejo no tenían argumentos para votar en contra porque su problema no era con que AFA utilizara la propiedad, sino con las creencias de la organización religiosa. Los medios locales plantean que el municipio, afectado económicamente por la pandemia del coronavirus, no quería arriesgarse a recibir una demanda por discriminación religiosa que impactara aún más sus presupuestos.
Los contrarios al grupo de odio advirtieron de que volverán a protestar el próximo año en el Ayuntamiento. Mientras, “tenemos un objetivo muy específico en mente y es que la Asamblea del Pueblo Asatru sepa cuán desagradables son en esta ciudad”, dijo Victoria Guillemard, cofundadora de la Alianza Contra el Odio a West Central Tribune. El abogado de AFA, Allen Turnage, acusó que su iglesia está siendo víctima de “mentiras” difundidas “por aquellos con una agenda”. Turnage insistió en que la negativa de la organización religiosa a solo aceptar personas blancas no es una práctica racista. “Si digo ‘Amo a mi madre’, eso no dice nada de nadie más”, explicó a la cadena NBC.