Lola Gutiérrez, de la CGT, intentó que un joven kurdo pudiera llegar a otro país europeo. La sindicalista evita entrar en prisión por no tener antecedentes penales
ALEX BUSTOS. EL PERIÓDICO.- Lola Gutiérrez, activista y delegada sindical de CGT, ha sido condenada a 17 meses de cárcel en Grecia por intentar ayudar en el 2016 a un menor kurdo a llegar a otro país europeo, dónde habría podido reunirse con sus familiares. Al no tener antecedentes penales no entrará en prisión. La fiscalía griega la acusaba de tentativa de contrabando de personas y de uso de documentación indebida.
Gutiérrez no ha podido acudir al juicio porque no está autorizada a entrar en el país heleno tras ser expulsada en el 2016, pero sí acudieron amigos, familiares y representantes sindicales de CGT Catalunya. No es la primera sentencia en Europa contra alguien que ayuda a refugiados y que es acusado de tráfico de personas.
Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hasta la fecha han llegado aproximadamente 117.000 solicitantes de asilo a Europa, la menor cifra de los últimos cinco años.
Uno de los motivos por los cuáles el número de refugiados que llegan a Europa ha decrecido en comparación al pasado es la colaboración de algunos países no comunitarios como Turquía, Malí, Libia o Sudán con la Unión Europea. La proporción de muertos y desaparecidos en el mar ha aumentado debido a las circunstancias a las que se enfrentan los migrantes en su travesía. La fragilidad de las embarcaciones que suelen usar para intentar llegar a su destino y los obstáculos que los estados ponen a las oenegés que rescatan en los naufragios del Mediterráneo son las principales causas de este incremento de la mortalidad.
Reacción a la sentencia
Tanto la CGT como Gutiérrez lamentan que este tipo tipo de acciones se considere delito, teniendo en cuenta que no se debería «perseguir a aquellos que hacen la faena que no hacen ellos (los estados)», afirma a este periódico Toni Edo , portavoz de la CGT. El «Espíritu solidario» no se perderá por sentencias como esta, ha señalado, por su lado, Gutiérrez. La activista podría haber sido condenado a penas de hasta 5 y 10 años de cárcel, lo que le habría supuesto entrar en prisión. Si se hubiera dado el caso, Gutiérrez habría cumplido la condena en España.
Reencuentro fallido
Gutiérrez intentó hacer pasar a Ayan por su hijo, para poder ayudarle a reunirse con familiares en otro país europeo, pero la policía del aeropuerto de Atenas los interceptó y los detuvo. Esto supuso que el menor tuviera que seguir viviendo durante más tiempo en las mismas condiciones precarias que antes del intento de reunificación familiar, mientras que la activista pasó tres días en el calabozo y ocho más en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), a pesar de haber quedado en libertad sin fianza antes del juicio.
Desde hace un año, el joven, que ahora tiene 19 años, reside junto a su familia en Francia, en condición de solicitante de asilo. Entre tanto tiene derecho a prestaciones básicas, educación y sanidad.