Una entidad defiende que los gitanos catalanes son mejores que los «rumanos, inmigrantes, pobres y castellanos»

| 9 diciembre, 2020

Cae la cúpula de Agipcat tras publicar que los caló de Catalunya «tienen mejores formas, higiene personal, estilo de vida y en su mayoría habita en pisos»

SANTIAGO TARÍN / LEONOR MAYOR ORTEGA. LA VANGUARDIA.- La cúpula de Agipcat, una asociación de gitanos catalanes, ha dimitido en bloque tras publicar en su web y sus redes sociales un polémico artículo en el que sostenía que los gitanos catalanes tienen «mejores formas, higiene personal y estilo de vida» que los caló «rumanos, inmigrantes o pobres». Y que los gitanos «castellanos» son «poco modernos y problemáticos».

El texto, que ya ha sido retirado, mantenía la tesis de que los gitanos catalanes son una «élite» entre los de su raza al tratarse de «un conjunto de familias más o menos emparentadas entre sí, que ostentan cierto estatus social y económico». «La mayoría son catalanohablantes, con un notable nivel de instrucción, relaciones fluidas con los payos y negocios propios relacionados con el comercio», relataba el escrito, un estudio antropológico firmado por Salvador Carrasco y M. Melania Gómez. 

«Modernos y civilizados»

Los autores sostenía que gracias a las «especificaciones identitarias», los gitanos catalanes «rompen el simplismo de los análisis que asimilan lo gitano con la marginalidad y la exclusión». E iban aún más lejos al señalar que debido a su «catalanidad», los caló de Catalunya se «alejan y previenen los conflictos y la violencia» y mantienen «buenas relaciones con los no gitanos».    

Para los autores del conflictivo artículo, los gitanos catalanes tienen muchas otras virtudes, pues «la mayoría habita en pisos y tiene sentido de la pertenencia y un fuerte arraigo con un territorio». Eso hace que se sientan «modernos y civilizados y que vivan con cierta holgura económica».

«Construcción de la nación catalana» 

Además, Carrasco y Gómez señalaban como otra de las ventajas de los gitanos catalanes respecto al resto de los mortales de su etnia que «se incluyen en el proceso de construcción de la nación catalana, dentro de un cierto pluralismo y una explícita afiliación catalana, basada en un gran arraigo histórico y un notable grado de autoctoneidad».  

Unas cualidades que, a ojos de los autores, diferencian a los gitanos catalanes de otros menos afortunados «como sería el caso de los gitanos rumanos, inmigrantes y pobres» o de los «castellanos a los que a menudo verían como poco modernos y problemáticos».

Artículo retirado

La publicación de este artículo el pasado 26 de noviembre provocó el enfado de gitanos catalanes y de otros lugares, según explican fuentes conocedoras de la polémica. El presidente de Agipcat, Paquito Ferreres, y el gerente de la entidad, Manel Carbonell, que habían encargado el estudio antropológico, fueron cesados «por no haber revisado el texto antes de su publicación». El escrito fue retirado y la asociación, que ahora busca una nueva dirección, pidió disculpas.

Una de las autoras del polémico artículo, Melania Gómez, ha asegurado en una carta a La Vanguardia que su trabajo «se ha sacado de contexto» y ha lamentado que solo se dé relevancia a «un párrafo de un estudio que tiene 181 páginas». «Soy profesora de instituto. He trabajado durante años con gitanos, he convivido en sus barrios, defendiendo siempre la cultura gitana», ha agregado.

Además, ha señalado que el otro autor del estudio antropológico, Salvador Carrasco, «lleva toda la vida defendiendo al pueblo gitano. Su esposa, Carme Garriga, se dedicó al trabajo con el pueblo gitano. Nunca hablaría de superioridad de unos y otros», ha aclarado.

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