Más de un 10% de esos insultos son machistas, según un estudio de la Cadena SER
ÁLVARO LLORCA / BRENDA VALVERDE. VERNE. CADENA SER.- Cuando el árbitro da comienzo a un partido de fútbol, también destapa los peores impulsos en muchos usuarios de redes sociales. La Cadena SER acaba de demostrar con un estudio, dentro de su campaña #SinRespetoNoHayJuego, que una de cada tres personas que comentan partidos de fútbol en redes acaban insultando a alguien.
«Estos datos no me sorprenden en absoluto», asegura a Verne Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia y promotor del Observatorio contra el Racismo y la Intolerancia en el Deporte. «La sociedad vive su identidad deportiva de una forma demasiado compulsiva. Si a eso le sumamos algunos ingredientes típicos de las redes sociales, como la sensación de anonimato y de impunidad, nos sale un cóctel explosivo», añade.
Se miren desde el ángulo que se miren, los resultados son alarmantes. De los casi dos millones de mensajes analizados, el 20% son violentos (el 26,1% si descartamos los mensajes meramente informativos y nos quedamos con los opinativos). Y si ponemos la lupa en estos mensajes violentos, encontraremos que, más allá de los insultos genéricos, un 12,1% muestran disciminación social («merengones de mierda», «fascistas», «putos catalanes»…), un 10,6% son machistas («puta», «mujer», «cama»…), un 7,7% son homófobos («marica», «maricón», «gay»…) y un 6,7% son racistas («negro», «mono», «gitano»…).
Precisamente, hace una semanas se conoció un dato esclarecedor sobre el machismo en redes: Shakira, mujer de Gerard Piqué, recibió más insultos que Luis Suárez, delantero del Barcelona, durante uno de los recientes partidos entre Barcelona y Espanyol.
Antonio Sánchez Pato, decano de la Facultad de Deporte de la UCAM de Murcia, publicó en 2011 un libro titulado Tratado sobre violencia y deporte. Desde la fecha de su publicación, las redes sociales han ganado protagonismo en nuestras vidas. Sin embargo, los mensajes que transmiten no le parecen ninguna novedad: «Los mensajes de odio en redes sociales son el reflejo de unas conductas que, por desgracia, son muy antiguas. De hecho, las redes sociales proporcionan la misma ilusión que han sentido tradicionalmente los ultras de que su responsabilidad individual se desvanece», declara a Verne en conversación telefónica.
Para la realización de este estudio, la empresa Séntisis monitorizó con un algoritmo propio casi dos millones de comentarios en Twitter y en algunas páginas públicas de Facebook durante diez partidos de la Liga 2016/17, ocho de la Liga 2017/18 y los dos de la Supercopa española de 2017. En esta última competición se enfrentaron Real Madrid y Barcelona, precisamente los dos equipos en cuyos partidos se concentra el mayor número de insultos.
De vez en cuando, las redes sociales se convierten en escenario de campañas contra el odio. En 2014, un aficionado del Villarreal arrojó un plátano a Dani Alves. Este se lo comió en el campo y el también brasileño Neymar respondió subiendo una foto a Twitter en la que se comía un plátano. Esta fotografía puso en marcha una campaña de protesta llamada #todossomosmacacos y #noalracismo, a la que se sumaron otros futbolistas y hasta el político italiano Matteo Renzi.
Sin embargo, el estudio de la Cadena SER nos enseña que, normalmente, la presencia de contenidos violentos apenas encuentra contrapeso, ya que, de cada 100 insultos, solo hay cinco que piden respeto. «Desde luego, falta reproche social e institucional», afirma Esteban Ibarra. «En la sociedad debemos aprender a tolerar a quienes piensan distinto. Y es muy difícil que lo aprendamos si vemos a nuestros rivales deportivos como enemigos que merecen ser derrotados», añade, «porque al final estas conductas se filtran a la sociedad».
Aunque valoran la importancia del estudio de la Cadena SER, tanto Ibarra como Sánchez Pato coinciden en que el problema no solo afecta a las redes sociales y al fútbol profesional. «No hay más que echar un vistazo a lo que está ocurriendo en los partidos que juegan los niños«, recuerda el presidente de Movimiento contra la Intolerancia.
Borja González de Mendoza, uno de los fundadores de la empresa Séntisis, también recordaba en una entrevista en la SER que haríamos mal en centrarnos exclusivamente en las redes sociales: «No podemos culpabilizar al instrumento, sino educar en su uso».
Para finalizar, Antonio Sánchez Pato reivindica la labor educativa del deporte. «El deporte, a través del reglamento, trata de enseñar disciplina y autocontrol a los deportistas. ¿Por qué los aficionados no usamos también el deporte para aprender a manejar las emociones, a resolver los conflictos y a educar en valores? Toda la sociedad, desde los medios de comunicación hasta las escuelas deportivas, debería poner su grano de arena a este cambio de concepto», asegura el decano de la Facultad de Deporte de la UCAM.