Nos gustaría que nuestros lectores nos mandasen informaciones de este tipo de hechos. Sólo los publicaremos si nos das tu consentimiento. Conocer el problema es el primer paso para la solución. Os dejamos con la carta.
ABEL DÍAZ PLAZA
Ayer al mediodía, mientras esperaba ser atendido en urgencias del CAP de La Granja, asistí a un hecho bochornoso y asqueroso. En la sala de espera estaba sentado junto a una mujer, debía rondar los 30 años, cuando se acerca un hombre con su hija de unos 6 años con claros síntomas de dolor y molestias. El hombre, de origen magrebí, un poco perdido y sin saber bien dónde acudir, nos pregunta si ésa es la puerta de urgencias. Sin darme tiempo a responder, la señorita de mi lado comienza a insultar al hombre, a increparle y a decirle que se fuera a su «puto país al médico», ante la pasividad de trabajadores del centro y demás personas.
Hechos como éste no pueden quedar impunes; no se pueden permitir en un centro público en la Catalunya y en la España del siglo XXI. No podemos ser cómplices con nuestro silencio y con nuestra pasividad de agresiones verbales racistas y xenófobas. Hay que tomar medidas y, ante un acto como éste, la persona debe ser expulsada del centro y denunciada. Siento vergüenza, siento rabia, siento asco ante estas agresiones que quedan impunes.
Quiero mandar públicamente todo mi apoyo y un abrazo fuerte a ese hombre y a esa niña que fueron víctimas de un terrible atentando contra su dignidad por parte de una vecina incivilizada.
