Una bomba lapa en un zulo en Francia, clave para resolver útimo atentado ETA.

, | 12 septiembre, 2022

EFE/COPE.- Un artefacto explosivo tipo lapa hallado en uno de los siete zulos de ETA descubiertos en territorio francés en agosto de 2009, sería coincidente con los empleados en el atentado que costó la vida los jóvenes guardias civiles Diego Salvá y Carlos Saenz de Tejada ese mismo año en Palmanova (Mallorca), el último mortal que perpetró la banda terrorista en España.

Un artefacto explosivo tipo lapa hallado en uno de los siete zulos de ETA descubiertos en territorio francés en agosto de 2009, sería coincidente con los empleados en el atentado que costó la vida los jóvenes guardias civiles Diego Salvá y Carlos Saenz de Tejada ese mismo año en Palmanova (Mallorca), el último mortal que perpetró la banda terrorista en España.

La Guardia Civil ha hecho este descubrimiento tras analizar dos soportes informáticos (DVD) con toda la documentación sobre los efectos encontrados en esos siete zulos, remitida el pasado marzo por las autoridades francesas a solicitud del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, que investiga este atentado cuya autoría está aún por resolver.

En su informe al Juzgado, al que ha tenido acceso EFE, los investigadores señalan «la singularidad de los dispositivos empleados en los artefactos colocados en los vehículos de la Guardia Civil», y que coincide, «sin lugar a dudas», con el hallado en uno de los zulos que ETA tenía en Francia.

Las coincidencias, señala el informe, no son solo con respecto a su fabricación, sino que también estaría «posiblemente» relacionado con «los aspectos logísticos y operativos de la organización terrorista ya que estos dispositivos parecen haber sido creados ‘ex profeso’ para atentados de este tipo».

Esos siete zulos eran gestionados por la estructura de logística del aparato militar de ETA, integrado por Aitzol Etxaburu Artetxe, Alberto Machain Beraza y Andoni Sarasola Yarzaba, «en calidad de principales responsables de la citada estructura», destaca la Guardia Civil apuntando a estos tres dirigentes etarras.

La documentación remitida por Francia es fruto de seis Órdenes Europeas de Investigación (OEI) cursadas por el Juzgado y relacionadas con el material de ETA hallado por la Policía francesa en los zulos localizados en las localidades de Cabrerolles, Camplong, Ferrals les Montagnes, Generalite, Minerve y Vieussan.

El Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa N.R.B.Q. de la Guardia Civil ha sido el encargado en buscar esas posibles coincidencias entre el material explosivo hallado en los zulos localizados en Francia y los artefactos utilizados en esos atentos.

Entre el material hallado se encontraba una gran cantidad de kilos de los precursores utilizados para la fabricación de amonal, que fue utilizado como carga en los artefactos colocados en los bajos de los dos vehículos de la Guardia Civil el 30 de julio de 2009.

También se encontró cloratita (denominado como kaskabarro por ETA), que según figura en informes técnicos del Cuerpo Nacional de Policía fue utilizado en los cuatro artefactos que hicieron explosión el 9 de agosto de 2019 en los aseos de cuatro establecimientos ubicados en Palma de Mallorca.https://d6d42133126d555e7c7f8d174e15bf18.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html

Además fueron encontrados en los zulos numerosos dispositivos anti-movimiento del tipo lapa-ETA, utilizados por la organización terrorista para fabricar artefactos como los colocados en los vehículos oficiales de la Guardia Civil.

Los agentes también han considerado «significativo» el hallazgo de un elemento usado por ETA en «contadísimas» ocasiones como es la colocación de sus artefactos con bridas de plástico.

«El artefacto que pudo ser fotografiado antes de su explosión en uno de los vehículos oficiales de la Guardia Civil, estaba fijado a los bajos del mismo por medio de bridas de plástico de color negro; y en los artefactos que fueron colocados en el bar NICA y en el restaurante ENCO, ambos en Palma de Mallorca en agosto de 2009, fueron recuperados varios trozos de bridas del mismo tipo que las anteriores».

De este modo, el informe pone de relieve la «coincidencia destacable tanto entre los elementos empleados en la fabricación de los artefactos improvisados utilizados en estas acciones como en su propia manipulación, que parecen relacionar a los autores de estas acciones».

A esto se suma que entre los hallazgos en los zulos constan dos temporizadores, «cuyo funcionamiento podría ser compatible con el de los dispositivos usados en los artefactos colocados en los vehículos de la Guardia Civil».

«Uno de ellos, además, presentaba una manipulación especialmente singular, nunca observada anteriormente en dispositivos del mismo tipo incautados a ETA, que sería compatible con la que presentaba, al menos, uno de los dispositivos empleados en los artefactos colocados en los dos vehículos de la Guardia Civil, concretamente en el vehículo cuyos bajos pudieron ser fotografiados antes de su explosión por especialistas SEDEX».

En este punto el informe hace hincapié en que el vehículo oficial ocupado por los dos guardias civiles asesinados estuvo circulando durante varias horas con el artefacto colocado en sus bajos hasta que hizo explosión a las 13:40 horas.

«Al no tener los terroristas un control efectivo del momento en que se produciría la activación del artefacto, la explosión pudo haber provocado, sin lugar a dudas, más víctimas, además de los dos guardias civiles», advierte al respecto.

Y es que, añade, «la hora a la que el artefacto quedó en disposición de hacer explosión no parece elegida al azar ya que coincide con la finalización del turno de la mañana en la mayoría de las patrullas de seguridad ciudadana del Cuerpo o con el inicio de turno de tarde, aumentando, de esta manera, las probabilidades de conseguir su objetivo».

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