El Comercio.- Un jugador del equipo trubieco que estaba calentando perdió los papeles, fue expulsado por encararse con un rival y originó una tangana.
La emoción de las eliminatorias de ascenso a Regional Preferente quedó empañada con el triste suceso ocurrido en el partido matinal que disputaron ayer el Céltic de Puerto y el Real Juvencia. Un duelo que terminó con triunfo del conjunto ovetense gracias a un tanto de Pablo Ballesteros.
El encuentro transcurrió con normalidad hasta el minuto 90, momento en el que, presuntamente, un jugador del Juvencia, A. B. A., se encaró con un rival y el asistente indicó al árbitro que le mostrase la tarjeta roja por ello. El futbolista del conjunto trubieco se encontraba haciendo ejercicios de calentamiento a la altura de los banquillos y, tras ver la tarjeta roja, fue a agredir al jugador del Celtic. Tuvo que ser separado por sus compañeros, lo que originó una tangana multitudinaria.
El árbitro se fue hacia el vestuario a llamar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, que tardaron diez minutos en llegar al campo de La Pixarra, donde finalmente acudieron una decena de vehículos de la Policía Nacional y Policía Local. La tangana duró cerca de cinco minutos y los ánimos se apaciguaron gracias al comportamiento de la mayoría de jugadores, por lo que no fue necesaria la intervención de los agentes.
La Policía Nacional identificó al agresor, que ya se encontraba en el vestuario visitante. Un cuarto de hora después del incidente, el partido se reanudó con normalidad y se jugaron los diez minutos de prolongación sin que se produjese altercado alguno ni movimiento en el marcador. El 1-0 clasificó al Céltic para la segunda ronda y apea al Juvencia de la lucha por el ascenso a Regional Preferente.