La Opinión de Zamora.- El herido grave denuncia que cinco hombres le propinaron una paliza y le abandonaron en la calle el sábado.
La tarde de conversación del sábado terminó en reproches por ser emigrante llegado a Castrogonzalo «para quitarnos el trabajo». Debate que fue subiendo de tono hasta que cinco hombres, entre ellos vecinos del pueblo, pasaron de la invitación al forastero a propinarle una brutal paliza y dejarle inconsciente y abandonado en la zona de las bodegas, según la denuncia interpuesta en la Guardia Civil.
La agresión, que tuvo lugar hacia la una de la madrugada del sábado al domingo, al 26 de febrero, causó heridas de gravedad al varón, procedente de Alicante y asentado desde hace seis meses en el pueblo, que terminó con una costilla rota que le impide respirar bien; 10 puntos en el mentón; y parte del párpado de un ojo arrancado por las patadas que recibió, lesión que ha requerido cirugía, según consta en los informes médicos.
El hombre, con multitud de moratones y sin poder moverse por los dolores en la costilla y en la espalda, tiene que estar incorporado constantemente, ayudado de almohadas, y no puede agacharse siquiera, comenta su hermana.
Aunque las diligencias ya están en marcha, su testimonio no es del todo esclarecedor porque «no recuerda detalles de la agresión», solo que fue con cinco hombres, de entre 20 y 40 años de edad, al lugar, una vez que salieron juntos del bar porque cerraba ya. También recuerda que uno de ellos comenzó a pegarle, al que le puede identificar.
Apenas sin recuerdos de la agresión
La falta de recuerdos lleva a pensar que perdió el conocimiento enseguida por los golpes que recibió. «Cuando despertó, dice que tardó un poco en poder ver, estaba solo» en la zona a la que le habían llevado en un coche. En el estado en el que se encontraba, herido, sangrando y casi sin poder andar, «no sé ni cómo llegó hasta casa», declara su hermana.
Eran las dos de la madrugada del domingo y la mujer, alarmada por el estado de su hermano, le llevó por sus propios medios directamente a urgencias, desde donde le trasladaron al Complejo Asistencial de Zamora, «tenía que haber llamado al 1 1 2, pero no me di cuenta», indica. El problema es que, según declara, «ahora nadie quiere ayudarnos a identificar a los que estaban con mi hermano».
Él sabe la zona en la que estaba el merendero, «pero no sabe cuál es de los que hay; y los dueños del bar en el que estaban antes de irse en grupo aseguran que él se fue solo, cuando no es verdad porque salió de allí con los cinco hombres».
El herido se encuentra en reposo, «muy dolorido», indica la mujer que pide encarecidamente ayuda para localizar e identificar a los culpables.
