Cadena Ser.- Un sacristán ha aceptado este lunes una pena de dos años de cárcel por agredir sexualmente a una mujer que tenía una discapacidad del 66%. El condenado cometió los hechos en un cuarto próximo a la sacristía, a donde llevó a la víctima con la excusa de enseñarle cómo funcionaba la campanilla.
Así se ha acordado en un juicio por conformidad celebrado en la sección tercera de la Audiencia de València. No obstante, el condenado no entrará en prisión con la condición de que no vuelva a delinquir en los próximos tres años y que cumpla con el resto de medidas accesorias que le han impuesto.
Además, no podrá acercarse a la víctima ni comunicarse con ella a menos de 30 metros durante cinco años, y no podrá ejercer profesión u oficio que conlleve contacto con menores de edad durante los próximos siete años.