«Las investigaciones no han terminado. Tenemos que seguir trabajando para determinar si Stephan E. tuvo cómplices», ha dicho el ministro de Interior, Horst Seehofer
ANA CARBAJOSA. EL PAÍS.– Las sospechas más temidas han acabado por cumplirse. El ultraderechista Stephan E. ha confesado ser el asesino de un político conservador, conocido por su defensa de los refugiados. Así lo ha confirmado este miércoles el ministro de Interior, Horst Seehofer a la salida de una comisión en el Parlamento en Berlín. “El fiscal general nos ha informado de que el supuesto asesino ha confesado”, ha asegurado Seehofer.
El hijo de Walter Lübcke le encontró la noche del 2 de junio con un tiro en la cabeza en la terraza de su casa en Kassel, al oeste de Alemania. El asesinato de este político de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de 65 años ha conmocionado a un país, que asiste según los expertos, a un resurgir de la violencia de extrema derecha con la que convive desde hace décadas. Varios políticos municipales han recibido nuevas amenazas de muerte en los últimos días en los que la violencia ultra se ha situado en primer plano del debate nacional.
Restos de ADN de Stephan E., de 45 años, fueron hallados en la ropa del político asesinado. En su confesión, el sospechoso asegura haber actuado en solitario, pero el ministro de Interior Seehofer ha advertido el miércoles que la investigación no está ni mucho menos cerrada. «Las investigaciones no han terminado. Tenemos que seguir trabajando para determinar si Stephan E. tuvo cómplices», ha dicho el ministro.
La Fiscalía general seguirá al frente del caso, lo que implica que hay una motivación política en el crimen. En los últimos días, la prensa alemana ha desvelado que el sospechoso ha mantenido relaciones con el entorno neonazi desde hace años.
El asesinato de Lübcke ha intensificado también el debate en Alemania acerca de las consecuencias del discurso antiinmigración de la extrema derecha política, Alternativa por Alemania (AfD). La formación ultra ha logrado entrar en el Parlamento gracias a un discurso excluyente, tras la llegada de más de un millón de demandantes de asilo a Alemania a partir de 2015. Fue ese año, cuando Lübcke durante un debate municipal en Lohfelden, en el Estado de Hesse, defendió la acogida de refugiados. “Hay que defender esos valores y quien no los represente, puede irse del país si no está de acuerdo. Esa es la libertad de cada alemán”, dijo entonces el entonces jefe de la CDU en Kassel. En ese encuentro participaron varios ultraderechistas. La edición digital de Der Spiegel, asegura que Stephan E. se encontraba también presente aquel día. A partir de entonces, las amenazas contra el político conservador afloraron en la red y acabaron por consumarse el pasado 2 de junio.