Todos los grupos políticos, incluido la propia AfD, cargan contra la declaración de Björn Hocke
EFE.- Representantes de la coalición de Gobierno alemana expresaron hoy su estupor por el discurso del cabecilla de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Björn Höcke, quien tachó de “vergüenza” el monumento a las víctimas del Holocausto, lo que ha derivado en una demanda penal de la oposición.
En términos parecidos se pronunció el vicepresidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Ralf Stegner, para quien el pronunciamiento de Höcke, líder de AfD en el “Land” de Turingia (este de Alemania), es un claro exponente de la ideología de una formación que busca la “agitación” y la “incitación a la violencia”.
A estas reacciones de la filas gubernamentales se sumaron las de las dos fuerzas de la oposición parlamentaria, La Izquierda y Los Verdes, decididas a recurrir a la Justicia.
El diputado izquierdista Diether Dehm formalizó una demanda penal contra Höcke, al que imputa revisionismo ultraderechista, mientras que desde los Verdes se baraja otra querella en sentido parecido.
En medio del revuelo del ámbito político, el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, expresó su indignación y dijo que AfD ha mostrado “su auténtico rostro”.
Estas reacciones siguen al estupor causado por un discurso pronunciado en Dresde (este) pasado martes de Höcke, representante del ala más radical de AfD, en el que calificó de “vergüenza” el monumento a los seis millones de víctimas del Holocausto, en Berlín.
”Nosotros, los alemanes, somos el único pueblo del mundo que ha plantado un monumento vergonzoso en el corazón de su capital”, afirmó el líder ultraderechista, para arremeter después contra la política de refugiados de la canciller alemana, Angela Merkel.
Alemania es una nación “brutalmente vencida”, prosiguió, en alusión a la derrota del Tercer Reich por los aliados, que en lugar de recordar como se merecen a “sus pensadores, músicos o geniales inventores” hace que sus escolares aprendan en el colegio una versión “ridícula” de su historia.
El discurso fue pronunciado en Dresde, la ciudad donde nació el movimiento islamófobo Pegida, y estuvo jalonado por los gritos de los asistentes de “Merkel debe irse”, característico en todos los actos de las organizaciones ultraderechistas.
AfD es una formación en auge en Alemania, que en los últimos años ha accedido a las cámaras regionales de diez de los 16 “Länder” del país y a la que se pronostica hasta un 15 % de apoyo en las próximas elecciones generales, previstas para el 24 de septiembre.
La propia líder federal del partido, Frauke Petry, se distanció de las palabras de Höcke en declaraciones al diario Junge Freiheit, medio tradicionalmente afín a la ultraderecha. ”Las salidas de tono en solitario de Höcke son una carga para el partido”, apuntó Petry, quien aludió además a anteriores comentarios radicales de su líder regional, cercano al neonazismo alemán.
”Tenemos que ser realistas o nos convertiremos en irrelevantes”, añadió, en una alusión a la sentencia del día anterior del Tribunal Constitucional alemán, que rechazó ilegalizar al neonazi Partido Nacional Democrático (NPD) por considerarlo demasiado endeble para suponer un peligro para Alemania.