Cuatro personas han fallecido de manera violenta en julio en las calles de la ciudad catalana
REBECA CARRANCO. EL PAÍS.- Un joven de 25 años murió este domingo en el hospital Clínic después de ser víctima de una paliza de madrugada en Barcelona. La agresión se desencadenó después de una pelea en una discoteca en la zona del Port Olímpic. El Ayuntamiento de Barcelona ha pedido una reunión con los Mossos para tratar la inseguridad en la zona de ocio nocturno. Solo en el mes de julio se han cometido cinco homicidios en Barcelona, que son la mitad de todos los que ocurrieron el año pasado en la ciudad. De estos, cuatro han sido en la vía pública.
Los Mossos investigan la muerte que se cometió este domingo en la ciudad y que se suma a la lista de casos abiertos en las últimas semanas. Los primeros indicios apuntan a que la víctima y un amigo, ambos de origen chino, estaban en el interior de la discoteca Zich cuando tuvieron una discusión con un grupo de hombres por una copa que manchó a uno de ellos, según fuentes policiales.
La trifulca acabó en la puerta del local, donde el joven muerto fue golpeado con tal violencia que ingresó en el hospital Clínic en muerte cerebral y falleció horas después. Su amigo fue atendido también el centro hospitalario herido de levedad. La policía busca a entre cuatro y cinco personas, de origen ruso, según informó la cadena Ser, que presuntamente están implicadas en el homicidio del joven.
La muerte ocurre dos días después de que otro hombre, en esta ocasión en El Raval, muriese después de ser apuñalado tras una discusión. Los Mossos buscan al autor al que tienen identificado. Una semana antes, un hombre de 36 años falleció tras ser tiroteado en el bario de Poblenou, y el 11 de julio, la víctima fue en el Eixample, delante de un locutorio, fruto también de una pelea con otro hombre y una mujer. También en julio, el día 6, en el barrio de Sarrià, un hombre murió a tiros cuando acudía a recoger a su pareja a la peluquería donde trabajaba. La policía sigue investigando lo sucedido para identificar y detener al autor.
A estos casos, se suman el tiroteo de un hombre en su piso por un conflicto probablemente de drogas por el que tampoco hay detenidos y el asesinato de una menor en la avenida de Mistral a manos presuntamente del dueño de un bar al que no conocía de nada. Los dos crímenes se cometieron durante el mes de mayo. En junio, una mujer, alta cargo de Corea del Sur, falleció después de caer al suelo cuando le intentaron robar el bolso de un tirón. En febrero, un hombre de origen dominicano fue apaleado en el barrio de La Llacuna y falleció días después en el hospital, en un conflicto presumiblemente de drogas. En total, nueve muertes violentas en lo que va de año, mientras que en todo 2018 se cometieron diez crímenes en Barcelona.
Degradación de la zona
El concejal de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha mostrado su preocupación por lo ocurrido en el Port Olímpic y pidió una reunión con los Mossos para mejorar la seguridad. Fuentes policiales aseguran que se reforzará la presencia policial en la zona, con un dispositivo especial de orden público. La intención del Departamento de Interior ya era incrementar la seguridad en el lugar, además de en Ciutat Vella, sobre todo con la mirada centrada en la prevención de los delitos sexuales en entornos de ocio nocturno.
El sábado, la Guardia Urbana detuvo a un hombre acusado de agredir sexualmente a una mujer en el aparcamiento del parque deportivo de la Mar Bella, también en el frente marítimo de la ciudad. En el lugar han sido habituales las peleas también entre lateros por el control del territorio.
UN FRENTE MARÍTIMO SIN DISCOTECAS
El Gobierno de Ada Colau persigue cerrar las discotecas y los locales de copas del Port Olímpic una vez caduque la concesión con la que cuentan, el próximo año. La intención es reconvertir la veintena de locales que existen en la zona en equipamientos, con restaurantes, pero sin presencia de ocio nocturno. Para poderlo llevar a cabo, el Ayuntamiento está pendiente de que la Generalitat apruebe la delegación definitiva de las competencias al Consistorio según denunció la teniente de alcalde de Urbanismo de Barcelona, Janet Sanz el pasado 18 de julio. Colau anunció en 2018 que las obras empezarían este año, con un presupuesto de 39 millones, y estarían finalizadas en 2022.