El documento, elaborado por un ex juez de la Suprema Corte, indica que se trata de un problema sistémico que requiere de cambios de gran calado en este cuerpo de seguridad
JAIME PORRAS FERREYRA. EL PAÍS.- La Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés), el cuerpo policial federal cuya fama rebasa las fronteras del país, está en el ojo del huracán. Tras tres años de trabajo, Michel Bastarache, ex juez de la Suprema Corte canadiense, hizo público este jueves un informe donde concluye que “una cultura tóxica prevalece en la RCMP. Esta cultura fomenta, o al menos tolera, actitudes misóginas, racistas y homofóbicas entre muchos de sus miembros”.
El documento, de 150 páginas y que lleva por título “Sueños rotos, vidas rotas”, sitúa este problema en todos los niveles de la institución. Para ello, Bastarache y dos asistentes analizaron 3.086 recursos presentados; 2.304 recibieron la aprobación para desembolsar 125 millones de dólares canadienses (unos 80,5 millones de euros) en indemnizaciones. Además, efectuaron 644 entrevistas a víctimas de estos comportamientos dentro de este cuerpo policial.
El informe de Bastarache da cuenta de la misoginia, el racismo y la homofobia en distintas áreas, actividades y tareas. La lista no es corta: contratación, capacitación, asignaciones, recursos humanos, educación continua, licencias de maternidad y paternidad, ascensos, sistema disciplinario, quejas, trabajo en equipos especializados. Asimismo, hace especial hincapié en las agresiones sexuales durante los exámenes médicos. En otra parte del documento aparecen casos puntuales. Por ejemplo, represalias por negarse a tener relaciones sexuales con un supervisor, mínimas o nulas sanciones a un agente declarado culpable de acoso, tocamientos en sesiones de entrenamiento.
“Es un problema de naturaleza sistémica y que no puede corregirse únicamente castigando algunas ‘manzanas podridas’”, indicó Bastarache. En el informe, el ex juez emitió 52 recomendaciones, tales como aumentar los mecanismos de transparencia, crear programas de apoyo específico a mujeres y miembros de la comunidad LGTBQ, al igual que no permitir que un agente pase a retiro mientras tenga abierta una investigación por acoso o agresión sexual. No obstante, la principal recomendación de Michel Bastarache es que el Gobierno federal lleve a cabo una revisión externa e independiente de este cuerpo policial para realizar modificaciones profundas. “Es muy poco probable que un cambio de cultura se dé desde la misma RCMP. Esta institución ha tenido muchos años para proceder, ha sido objeto de numerosos informes y recomendaciones y, sin embargo, los comportamientos inaceptables continúan produciéndose”, indicó.
Bill Blair, ministro federal de Seguridad Pública, declaró que el informe describe patrones sistémicos que son “repulsivos e inaceptables”. Blair dijo que nadie debería sufrir discriminación o acoso en sus actividades laborales. “Este comportamiento no solo arruina las carreras, también tiene un impacto duradero y significativo en las vidas de las víctimas”, manifestó. Por su parte, Brenda Lucki, directora de la RCMP (primera mujer en ocupar este puesto desde su creación), expresó haber sentido “tristeza y frustración” cuando leyó el informe, pero afirmó que era necesario conocer la situación a fondo. Lucki se disculpó con las víctimas y prometió hacer de la RCMP un lugar de trabajo seguro. “No puedo cambiar el pasado, pero definitivamente puedo cambiar el futuro”, señaló. No obstante, comentó que ciertas medidas puestas en marcha en años recientes ya han permitido algunos avances.
Justin Trudeau, primer ministro canadiense, abordó el tema también este jueves, dentro de su conferencia cotidiana sobre la pandemia. “Si una organización no puede mantener a sus propios miembros a salvo del acoso y la discriminación, ¿cómo pueden los canadienses tenerle confianza para mantenerlos a salvo mientras hace cumplir la ley? Se requiere de mucho trabajo para mejorar y reformar a la RCMP, y eso es exactamente en lo que seguimos enfocándonos”, declaró.