Euronews.- Según el informe elaborado por la Comisión contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa, la xenofobia está cada vez más presente en el discurso público italiano, así como en la clase política. Inmigrantes, gitanos y personas LGTBI se encuentran en el punto de mira.
Las acusaciones contenidas en el informe de la Comisión contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa, fundada en 1949, tienen desconcertada a Italia. Las acusaciones más graves que refleja el dictamen son xenofobia y discriminación por parte de las instituciones políticas y la elaboración de perfiles raciales por la Policía.
El clamor contra el informe fue casi unánime. El propio presidente de la República, Sergio Mattarella, llamó el martes al jefe de la Policía para expresarle su sorpresa a la vez que le reiteró su estima y cercanía al cuerpo policial.
¿Qué dice el informe?
Según el documento, la Policía italiana realiza «perfiles raciales», especialmente contra romaníes y afrodescendientes. Afirma que los agentes realizan detenciones y controles frecuentes basándose en el origen étnico de la ciudadanía. Este hecho también lo confirma una serie de organizaciones de la sociedad civil y otros organismos internacionales especializados.
Sin embargo, las autoridades no recopilan datos debidamente desglosados sobre las actividades policiales de detención y control, aseguran no ser conscientes de la magnitud del problema, y no consideran que la elaboración de perfiles raciales esté considerado una forma de posible racismo institucional.
Pero la Comisión del Consejo de Europa opina distinto: la elaboración de perfiles raciales tiene efectos significativamente negativos ya que genera un sentimiento de humillación e injusticia para los grupos implicados al causar estigmatización y alienación. También es perjudicial para la seguridad general, ya que disminuye la confianza en la Policía y contribuye a que no se denuncien los delitos.
Entre los ejemplos no virtuosos, el informe también denuncia «las críticas indebidas dirigidas a socavar la autoridad de los jueces individuales que deciden sobre casos de migración», cuando el Poder Judicial debería ser «respetado, protegido y promovido». En materia política, el informe asegura que la política en los últimos años se ha vuelto cada vez más «xenófoba», con un debate público «divisivo» sobre los extranjeros y las personas LGTBI+.
Meloni: «Nuestras fuerzas trabajan con dedicación y abnegación»
«Nuestras fuerzas policiales están formadas por hombres y mujeres que, cada día, trabajan con dedicación y abnegación para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, sin distinción. Merecen respeto, no tales insultos», afirmó la primera ministra Giorgia Meloni. Los dos vice primeros ministros , Matteo Salvini y Antonio Tajani, también criticaron el contenido del informe.
Según Salvini, los «hombres y mujeres de uniforme han sido vergonzosamente atacados por un organismo inútil pagado también con los impuestos de los ciudadanos italianos. Si a estos señores les gustan tanto los gitanos y los inmigrantes ilegales», añade el vice primer ministro, «deberían llevárselos a todos a sus casas de Estrasburgo«. Por su parte, el ministro de Exteriores no comparte ni una palabra de lo dicho por el líder de Lega, que excluye que haya agentes racistas.
El informe también apunta al libro de Roberto Vannacci
Sin mencionarlo nunca, la Comisión del Consejo de Europa incluye observaciones hechas en un libro publicado en 2023 por «un general de las Fuerzas Armadas de Italia», en un libro del autor italiano Roberto Vannacci y su ‘El mundo al revés’.
Según los autores del informe, el escritor afirmó que los gays «no son normales» e indicó que la aceptación de las personas LGTBI+ era el resultado de «conspiraciones del lobby gay internacional». Vannacci también habría atacado a los italianos negros, afirmando que no todos nacen iguales y que los inmigrantes siempre serán diferentes.
Una situación general ante la que ECRI recomienda «que se aliente encarecidamente a las figuras públicas, incluidos los altos funcionarios y los políticos de todas las tendencias, a que adopten una postura rápida, firme y pública contra la expresión del discurso del odio racista y a que respondan con un discurso alternativo, así como a que promuevan el entendimiento entre las comunidades, incluso expresando su solidaridad con las personas objeto del discurso del odio».