El Correo Gallego.- El trabajo de investigación, elaborado por el profesor Manuel Aguilar Gutiérrez, hace un recorrido desde la década de los años 60 hasta la actualidad,
Grafiti en apoyo a Resistencia Galega en Vigo ECG
El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria ha publicado un informe en el que se recoge la trayectoria del terrorismo independentista gallego desde la década de 1960.
El trabajo de investigación ha sido elaborado por el documentalista de TVE y profesor de la Universidad Carlos III, Manuel Aguilar Gutiérrez, quien ya colaboró con el Memorial con otro informe dedicado a la primera víctima del terrorismo en España.
En este último trabajo se explica que el terrorismo independentista gallego apareció en los años sesenta, en pleno franquismo, con la fundación de organizaciones nacionalistas de extrema izquierda que fueron el germen de grupos terroristas responsables de acciones propagandísticas y de baja intensidad, con alianzas con grupos como ETA pm y el Partit Socialista d’Alliberament Nacional-Provisional.
La primera oleada se mantuvo hasta finales de los años setenta, un periodo marcado por las acciones de Loita Armada Revolucionaria (LAR) y la muerte en un tiroteo con la Policía Armada del terrorista Moncho Reboiras en Ferrol, en 1975, convertido en uno de los mitos del independentismo gallego, recuerda Aguilar.
A mediados de los años ochenta comenzó una nueva oleada en la que apareció el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC), desarticulado en 1991 por las Fuerzas de Seguridad del Estado con la detención de sus principales dirigentes.
A este grupo se le atribuyen un total de 89 acciones, fundamentalmente la colocación de explosivos en sucursales bancarias, oficinas del INEM y torres del tendido eléctrico, y el asesinato de dos personas: el agente de la Guardia Civil, Benedicto García Ruzo, en Irijoa, en 1989, y la estudiante viguesa María Mercedes Domínguez Rodríguez, en el atentado contra la discoteca Clangor de Santiago de Compostela, en 1990. En el mismo atentado murieron dos terroristas.
Tras un periodo intermedio de reorganización, entre mediados de los años noventa y principios del milenio, surgieron nuevos grupos independentistas de extrema izquierda, especialmente organizaciones juveniles como la Assembleia da Mocidade Independentista (AMI), «muy inspiradas en el terrorismo abertzale», que reivindican diversos actos vandálicos contra sedes del PPdeG, PSdeG, y UGT, sucursales bancarias, oficinas de inmobiliarias y la colocación de explosivos.
Comenzó así una tercera oleada protagonizada por Resistência Galega (RG), a la que, entre 2004 y 2019, se le atribuyen un centenar de acciones respondidas por la Policía con 36 detenciones.
El informe señala que el nexo de unión de las tres oleadas puede personificarse en la figura de Antón Arias Curto, un conocido independentista condenado varias veces por «impulsar o apoyar a diferentes organizaciones terroristas».
Manuel Aguilar detalla en su trabajo que «hay un rápido interés por parte del nacionalismo gallego por desvincularse de estas prácticas» violentas y «trastocar los hechos dándoles un nuevo sentido, ocultando los detalles de hechos criminales e incluso poniendo en duda el carácter terrorista de estos grupos».