La Sexta.- El hombre ha sido retenido por la Guardia Urbana de la capital catalana y aunque no ha sido detenido. Las víctimas han presentado sendas denuncias contra el agresor.
Un hombre ha atacado con un spray de gas pimienta a cinco mujeres que participaban en la concentración del 8M en Barcelona celebrada este lunes, según han confirmado fuentes del consistorio barcelonés a Europa Press.
El hombre ha sido retenido por la Guardia Urbana de la capital catalana y aunque no ha sido detenido, sí que ha quedado investigado por un delito de lesiones leves.
Las participantes de la concentración han sido atendidas por el Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) y han presentado sendas denuncias contra el agresor.
Sin más incidentes en la manifestación
La manifestación unitaria de los colectivos feministas en Barcelona ha contado con 3.600 personas inscritas, aunque cientos más se han acercado hasta el emplazamiento para reivindicar los derechos de las mujeres en el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer.
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La protesta se ha desarrollado en un ambiente festivo, con música y baile, y un espectáculo de teatro espontáneo en el cruce entre la calle Aragó y paseo de Gràcia; y han participado mujeres de todas las edades, familias y también hombres, que podían participar en dos de los tramos mixtos previstos por la organización. El colectivo Vaga Feminista, que ha convocado la concentración, ha velado durante su desarrollo por el mantenimiento de las distancias de seguridad pero la afluencia de gente ha sobrepasado las previsiones, aunque el uso de la mascarilla ha sido generalizado.
Aunque no lo han leído durante la concentración, Vaga Feminista ha difundido un manifiesto en el que han lamentado que la pandemia no les haya permitido visibilizar la lucha feminista de forma más unitaria y multitudinaria, aunque han afirmado que eso no frenará sus reivindicaciones: «No renunciaremos a tomar las calles, no tendremos miedo, estaremos en miles y miles de territorios«.
También han alertado de que «el anteproyecto de ley de libertad sexual hecho público recientemente por el Gobierno español puede suponer un retroceso y criminalización de las trabajadoras sexuales y otros colectivos ya marginales, como las personas sin hogar o las personas racializadas».
En el texto han exigido «cambios estructurales» en la legislación contra la violencia machista, así como la derogación de la ley de extranjería, el reconocimiento del derecho al aborto, los derechos de trabajadoras del hogar y los cuidados y otras peticiones relativas al cambio climático y los problemas de vivienda.