«Estoy desconcertado, triste y furioso a la vez”, dice el exalcalde que dejó el cargo hace un mes por las presiones de los neonazis
ENRIQUE MÜLLER. EL PAÍS.- La frágil tranquilidad que impera en Tröglitz, un pequeño pueblo habitado por 3.000 personas y que hace un mes se hizo famoso a causa de la renuncia de su alcalde, que había sido amenazado por los neonazis por defender un centro de acogida para peticionarios de asilo, volvió a quedar en entredicho en la madrugada del sábado a causa de un incendio que afectó a un albergue para refugiados. Según informa la policía en un comunicado, tiene pruebas de que el fuego fue intencionado. Sospecha que el objetivo era impedir la llegada del grupo de refugiados prevista para mediados del próximo mes.
El siniestro, que no causó heridos y destruyó gran parte del techo de la vivienda, se produjo tras semanas de protestas de simpatizantes de la ultraderecha y grupos neonazis, que desean impedir la llegada al pueblo de unos 40 refugiados, que debían ser alojados en la vivienda. Las protestas provocaron la dimisión del alcalde, Markus Nierth, cuya vivienda se había convertido en el centro de manifestaciones de los grupos radicales.
«Estoy desconcertado, triste y furioso a la vez”, admitió el exalcalde del pueblo en una primera reacción relacionada con el siniestro recogida por Spiegel Online. “Muchas personas están horrorizadas, porque saben muy bien lo que eso significa para el pueblo. Yo parto del hecho que fue un incendio intencionado y, si mis sospechas se confirman, será una vergüenza para Troglitz”, añadió antes de que la policía confirmase que hay pruebas de que el fuego fue provocado.
El exalcalde sabe de que habla. Después de defender la llegada de 40 refugiados al pueblo, ubicado en el estado de Sajonia Anhalt, Nierth fue testigo de cómo decenas de manifestantes, dirigidos por el partido neonazi NPD comenzaron manifestarse cada semana para impedir la llegada de los refugiados, pero un dia, decidieron cambiar la ruta y eligieron su vivienda para llevar a cabo las protestas. “Estaba claro que el objetivo era yo”, dijo poco después de renunciar al cargo.
La dimisión de Nierth, un teólogo sin militancia política, pero que llegó al cargo apoyado por la CDU, consterno al país y dejó al desnudo que su caso no era un hecho aislado. Varios ediles de localidades pequeñas han sido amenazados por grupos neonazis y los ataques tambien afectaron a Petra Pau, militante del partido La Izquierda y vicepresidenta del Parlamento federal, quien denuncio que había recibido varias amenazas de muerte y manifestaciones de grupos ultras frente a su casa.
La vivienda que debía dar albergue a los refugiados no podrá ser utilizada durante meses. El incendio destruyó completamente el techo y nadie sabe cuándo se iniciarán los trabajos de reconstrucción.