Sólo una tercera parte de los estudiantes se negó a realizar la tarea.
El docente les pidió a sus estudiantes que investigaran la propaganda fascista, que imaginaran que su tutor era un funcionario del gobierno nazi al que debían demostrar su lealtad al Tercer Reich y que le presentaran argumentos sólidos de que “los judíos son un mal”.
La administración de la escuela, después de que los padres de un alumno se quejaran sobre lo sucedido, está considerando la posibilidad de tomar una acción disciplinaria contra el docente.
Asimismo, descartó que el empleado del colegio quisiera ofender a las familias judías e insistió en que el objetivo de la tarea era que los alumnos aprendieran a dar argumentos a partir de una información limitada. Sin embargo, admitió que el maestro habría tenido que proponer la tarea con otras palabras.