Está previsto que los ciudadanos de todo el país se pronuncien sobre la cuestión en un referéndum a nivel nacional
COLPISA.- Los suizos del cantón de Saint-Gall decidieron este domingo por abrumadora mayoría en un referéndum prohibir el burka en los espacios públicos, el mismo día en que se rechazó por dos tercios de votantes a nivel nacional una iniciativa para prohibir de manera permanente los alimentos transgénicos. Casi el 67% de los electores de Saint-Gall (noreste de Suiza), según resultados oficiales, votaron a favor de una nueva ley para prohibir el uso de esta prenda propia de algunos países musulmanes que cubre el cuerpo y el rostro por completo.
De esta manera, se suma a la vecina región de Tesino, donde en julio de 2016 entró en vigor una prohibición para llevar burkas y otros tipos de velos musulmanes en la vía pública.
Los legisladores de Saint-Gall aprobaron el año pasado un texto que estipula que «cualquier persona que se vuelva irreconocible cubriéndose la cara en un espacio público y ponga en peligro la seguridad pública o la paz social y religiosa será multada».
La ley fue aprobada por el parlamento regional con el apoyo de partidos de derecha y centro. Pero los Verdes y la Juventud Socialista bloquearon su aplicación y lanzaron el referéndum para que fuera decidido por la ciudadanía. No existe ninguna ley que regule esta forma de vestir en el conjunto del territorio suizo. El gobierno considera que es un asunto que corresponde decidir a los cantones.
Sin embargo, está previsto que los suizos se pronuncien sobre la cuestión en un referéndum a nivel nacional, probablemente en 2019, después de que un grupo de ciudadanos consiguiera reunir las 100.000 firmas necesarias para realizar esta consulta. La mayoría de los electores suizos vota por correo en las semanas previas a los referendos y los resultados casi definitivos suelen darse a conocer a las pocas horas del cierre de las urnas.
Otras iniciativas
A nivel nacional, los suizos rechazaron dos iniciativas populares procedentes de los círculos ecologistas y agrícolas para exigir una reestructuración de la producción agrícola por medio de nuevas normas sociales y ecológicas de producción. Una de ellas, denominada «Por la soberanía alimentaria», preveía transformar la moratoria sobre los organismos genéticamente modificados (OGM) en una prohibición definitiva, fue rechazada por 68% de votantes. De todas formas la moratoria, aplicada por un referéndum de 2005 y prolongada tres veces por el parlamento, sigue vigente hasta 2021.
La otra iniciativa, en favor de alimentos producidos en sistemas equitativos, fue rechazada por 61% de votantes. El gobierno federal se oponía a las dos iniciativas agrícolas, y esgrimía el riesgo de inflación. «Si se incrementan las exigencias a los productores, esto puede conducir a un alza de precios». Y hoy por hoy no todo el mundo puede pagar alimentos Bio« había dicho el presidente suizo Alain Berset.
Durante la campaña, el tema de los productos transgénicos «no fue abordado», afirmó a la AFP Michelle Zufferey, responsable de Uniterre, el sindicato agrícola que lanzó la iniciativa. «Los falsos argumentos sobre las subidas masivas de precios, sobre la falta de elección y la voluntad de aislar a Suiza son los que más dañan a nuestra iniciativa», aseguró.
Por el contrario los electores aprobaron por amplio margen (74%) una propuesta para que el gobierno federal tenga mayores potestades tendientes a ampliar la red de sendas reservadas a bicicletas.