El Ayuntamiento recogió una idea socialista para permitir a los sin papeles acceder a los servicios públicos
LUCA COSTANTINI. EL PAÍS.- Una de las medidas sociales previstas por el actual gobierno municipal de Madrid para ayudar a los sin papeles lleva más de un año sin ejecutarse. El equipo de la alcaldesa, Manuela Carmena, recibió a finales de 2016 una propuesta del PSOE para crear un DNI municipal para migrantes en situación irregular. La iniciativa se incluyó en los presupuestos del año pasado, con una partida de 50.000 euros necesaria para activar el plan. Su objetivo era crear un carné ciudadano para que los migrantes pudieran acceder a centros de salud, cursos de formación, espacios deportivos y ayudas para el empleo.
El gobierno de Ahora Madrid, que pivota en torno a Podemos, se comprometió a trabajar en el proyecto. Lo apoyó en el pleno en octubre de 2016, pero los socialistas se sienten incómodos ante los retrasos. Exigen a la coalición que abogó por «cambiar» las políticas del PP que haga autocrítica. «Dicen que es muy complicado ponerlo en marcha, pero no entendemos por qué. Hay Ayuntamientos como los de Fuenlabrada y Gijón donde ya está en marcha», señala la portavoz del PSOE, Purificación Causapié.
La tarjeta de vecindad, tal y como la llama el Consistorio, está pensada para toda la población, aunque su principal destinatario son los inmigrantes sin papeles. «Es una tarjeta vinculada a los servicios municipales y que permite demostrar a los migrantes que llevan tiempo en Madrid», explica Causapié. De esta manera, concluye, «es más difícil que acaben en un CIE [Centro de Internamiento de Extranjeros]» y puede facilitar su regularización mediante el arraigo laboral.
Cruz Roja, entidad que trabajan con los migrantes, respalda la iniciativa. «Todas las medidas que garanticen el cumplimiento de los derechos humanos serán respaldadas por nuestra organización», afirma una portavoz. Cruz Roja considera la medida como una vía para «facilitar el acceso de los servicios públicos a todos los ciudadanos, independientemente de su situación económica, social o cultural».
Con el DNI municipal, la capital española intenta emular a otras ciudades como Nueva York, donde el alcalde Bill de Blasio lanzó algo parecido: una tarjeta de identificación para los vecinos mayores de 14 años, incluidos los inmigrantes que no están en situación legal. Las estadísticas de la urbe estadounidense revelan que el 58% de los neoyorquinos creen que esta tarjeta incrementa el sentimiento de pertenencia.
El debate sobre las medidas sociales de apoyo a la población migrante ha ganado peso tras la muerte de un mantero, Mame Mbaye, en Lavapiés. En la rueda de prensa posterior a los altercados de la semana pasada, la delegada de Equidad, Marta Higueras, dijo que el Ayuntamiento trabaja «para hacer realidad la tarjeta de vecindad«. Ayer, una portavoz del ejecutivo añadió que el gobierno local espera anunciar pronto algunos avances. «El gobierno lleva meses reuniéndose con miembros de consulados de varios países para ver cuál es la mejor forma de articular la tarjeta de vecindad, para que sea realmente eficaz», subrayó.
La tarjeta de vecindad estuvo en el debate también hace más de un año, cuando el Consistorio explicó su plan de lucha contra la venta ambulante ilegal.Pero el PSOE insiste en que «si bien Ahora Madrid la apoyó en su momento, al final no han hecho nada».
Mañana el pleno debatirá el asunto. En esa sesión, que estará marcada por la crisis de Lavapiés, los socialistas preguntarán por la tarjeta de vecindad. «No es que la tarjeta resuelva la situación administrativa de los migrantes. Pero esto es lo único que puede hacer el Ayuntamiento y creemos que sirva para que esas personas pierdan el miedo a acercarse a la Administración. Esto es muy bueno», incide Causapié.