El acusado, que iba vestido de paramilitar, pegó varios puñetazos a las mujeres y le dijo “qué asco de moras, odio a las moras, que se vayan a su puto país”
LA VANGUARDIA.- La Audiencia de Barcelona ha confirmado la condena de un año de prisión que un juez de Terrassa (Barcelona) impuso a un neonazi por proferir insultos y agredir a dos mujeres marroquíes a las que se encontró en un autobús y a quienes además intimidó con una navaja con una inscripción de las SS alemanas.
En su sentencia, la Audiencia desestima el recurso que el acusado presentó contra su condena, dictada por el Juzgado de lo penal número 1 de Terrassa, al dar credibilidad a las declaraciones de los testigos, cuyas manifestaciones son, para el tribunal, «claras, directas, sin exageraciones ni extravagancias» y dibujan un relato «coherente».
El neonazi fue condenado por el Juzgado de lo penal número 1 de Terrassa a un año de cárcel por un delito contra la integridad moral y al pago de una multa de 350 euros por una falta de lesiones a las dos víctimas.
La sentencia, que aplica a la condena la atenuante de dilaciones indebidas porque la causa permaneció un tiempo paralizada, obliga también al procesado a indemnizar con 180 euros a una de las dos mujeres, que sufrió policontusiones a consecuencia de los puñetazos que le propinó el procesado.
Según la sentencia de primera instancia, el acusado, que iba vestido de paramilitar, se encontró con las dos mujeres cuando viajaba en un autobús de la línea 3 de Terrassa la noche del 8 de febrero de 2013 y, «movido por el odio, desprecio y hostilidad» que sentía hacia ellas «por motivos raciales», les empezó a propinar puñetazos al tiempo que las insultaba con expresiones como «qué asco de moras, que se vayan a su puto país».
Ante el incidente, el conductor del autobús paró el vehículo y pidió que bajaran del mismo a las víctimas y al acusado, que una vez en la calle esgrimió una navaja con una inscripción de las escuadras nacionalsocialistas de las SS ante las dos jóvenes, que optaron por huir del lugar.
La Policía Local de Terrassa interceptó al acusado poco después de la agresión, y este admitió que había participado en una pelea con las dos mujeres, a las que había apartado de un empujón porque pensaba que iban a pegar a su madre y a su novia.