El Teniente General José Carrasco Gabaldón, en la reserva desde febrero pasado, se suma a la misiva enviada por la Fundación Franco al Papa para tratar de frenar la exhumación. Sus autores advierten que se trata de “un hecho de imprevisibles consecuencias, todas malas”
DANILO ALBÍN. PÚBLICO.- Hay quien no pierde la esperanza. En las últimas horas, cerca de 200 personas enviaron una carta al Papa Francisco pidiéndole que interceda para evitar que la momia del dictador Franco salga del Valle de los Caídos. Entre los firmantes figuran al menos 13 militares españoles. Todos ellos están en situación de retiro… menos uno: el Teniente General José Carrasco Gabaldón, hasta febrero pasado Jefe del Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra, se encuentra en reserva, lo que implica ciertas limitaciones para firmar un documento de ese tipo.
“Hace ahora ochenta años España sufrió una de las más cruentas guerras civiles que ha conocido el mundo”. Así empieza la carta dirigida esta semana al Papa Francisco. La nota que difundió el digital El Independiente no lleva ningún tipo de sello. Sin embargo, la Fundación Francisco Franco difundió una imagen de esa misma carta en la que aparece con el logo de esa entidad ultraderechista.
“Desde la Fundación Nacional Francisco Franco queremos agradecer los centenares de adhesiones recibidas, en apenas seis horas, por la Carta dirigida a Su Santidad el Papa Francisco, con el respetuoso ruego de que no autoricen el acceso a la Basílica sin la conformidad de la familia y de la Comunidad Benedictina, que allí reza sin descanso por todos nosotros y por todos los Caídos que allí reposan”, destaca la FNFF en una nota.
“Esta Fundación lamenta no tener la capacidad física de recoger y publicar los datos de todas estas personas que nos han hecho llegar su solidaridad ante el envío de la Carta mencionada, cuyo número crece exponencialmente por momentos”, añade.
«Defensores de España»
En la carta dirigida al Papa, se señala que en España “se enfrentaron dos formas diametralmente opuestas de ver al hombre y a la sociedad: por un lado, los marxistas ‘anti España’, ‘anti Dios’ y contrarios a la libertad del individuo como hijo de Dios hecho a su imagen y semejanza; y, por otro, los defensores de España, de la Fe católica y del concepto cristiano del hombre y de la sociedad”.»Bajo la Jefatura del Estado del general Franco, España vivió en paz»
Tras destacar que “bajo la Jefatura del Estado del general Franco, España vivió en paz, se hizo un esfuerzo gigante de reconciliación y se alcanzaron cotas de progreso y bienestar muy difíciles de igualar”, señala que “salvo los inevitables juicios inmediatamente posteriores a la Guerra y que obligaron a ejecutar a un buen número de personas con graves delitos de sangre a sus espaldas, a partir de 1941 se hizo una labor descomunal de generosidad y clemencia, a base de sucesivos y numerosos indultos y reducciones de penas, con objeto de cerrar la herida cuanto antes”.
Algunos párrafos después culpa al PSOE de haber “permitido, si no impulsado, la revolución que llevó a la Guerra Civil”, mientras que sostiene que el Gobierno de Zapatero, impulsor de la Ley de Memoria Histórica, llevó a cabo “el acoso a la Iglesia católica y la persecución de los católicos, a los que infundadamente se empezó a identificar con lo que llaman ‘la dictadura’ o ‘el franquismo’”.
Los firmantes sitúan la exhumación de Franco como parte de una “estrategia de demolición de la esencia y el fundamento cristiano de nuestra Patria”, por lo que piden al Papa que impida el acceso a la basílica. De lo contrario, advierten al Vaticano que “si ceden a las pérfidas pretensiones del Gobierno español se convertirán en colaboradores necesarios de un hecho de imprevisibles consecuencias, todas malas”.
Esos párrafos han sido respaldados por el Teniente General Carrasco Gabaldón, quien a principios de este año era nombrado “Legionario de Honor” en un acto oficial. Aquel homenaje fue uno de sus últimos actos oficiales antes de ceder la Jefatura del Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra. Su cese, según explicó el Ejército en marzo pasado, se debió a que pasaba a la reserva. Al encontrarse actualmente en esa situación, el militar tiene prohibido realizar manifestaciones de carácter político.
El año pasado, la ministra de Defensa, Margarita Robles, abrió un expediente a cinco mandos militares en la reserva que habían firmado un manifiesto a favor del dictador Franco. Con esos antecedentes a la vista, Público consultó en las últimas horas a Defensa para conocer si se tomarán medidas en el caso de Carrasco Gabaldón. “La única información que podemos facilitar es que el teniente general Carrasco Gabaldón está en la situación de reserva”, respondieron desde el ministerio.
En ese contexto, Miguel López, Oficial del Ejército del Aire y miembro del Foro Milicia y Democracia, señaló a este periódico que la adhesión de este ex mando del Ejército en la reserva a la carta franquista “es muy grave”, ya que “va contra una decisión del gobierno amparada por el Supremo”. Por tales motivos, López prevé que “se le aplicaría el mismo artículo del Código Penal Militar” que a los militares que suscribieron el manifiesto franquista de 2018.
Ex altos mandos entre los firmantes
La carta también está firmada por otra docena de militares retirados, entre los que se encuentran el General de División Luis Carvajal Raggio, el Teniente General José Javier Arregui Asta, el Coronel José María Manrique García, el Teniente General César Muro Benayas o los Generales de Brigada Luis Casteleiro Villalba y Adolfo Coloma Contreras.
También figura el General de División Juan Chicharro Ortega, presidente de la Fundación Franco, y el Teniente General Emilio Pérez Alamán, uno de los mandos de las víctimas del Yak-42.
Según han confirmado a Público fuentes castrenses, todos ellos ocuparon altos cargos hasta hace pocos años. Sin embargo, al encontrarse en situación de retiro están amparados por la libertad de expresión, de manera que su apoyo a la carta franquista no tendría consecuencias disciplinarias.
Entre los firmantes también hay algunos sacerdotes, empresarios, abogados, arquitectos y periodistas de medios afines a la ultraderecha. A todos les une un mismo sentimiento: no quieren ver a la momia de Franco camino a Mingorrubio.