MIGUEL MORA. EL PAÍS.- Un joven de 16 años de etnia gitana se encontraba anoche en coma en un hospital de París tras haber sido secuestrado y linchado por un grupo de vecinos del departamento 93, Seine-Saint-Denis, en la periferia norte de la capital. Según fuentes policiales, el joven, que vivía con su familia en una casa abandonada del municipio de Pierrefitte-sur-Seine, fue hallado inconsciente el viernes por la noche en un carrito de supermercado que alguien dejó al borde de la Nacional 1, frente a la Ciudad de los Poetas. El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro, Manuel Valls, han condenado la agresión. Hollande ha pedido que los responsables sean detenidos lo antes posible.
Los investigadores, que aún no han realizado detenciones, aseguraron a France Presse que el joven fue secuestrado por un grupo de desconocidos que le acusaban de haber robado un piso cercano, y que después fue “llevado a la fuerza hasta un sótano”, donde fue violentamente golpeado por una docena de personas. La madre del joven denunció a la policía el secuestro del adolescente, que está ingresado en el hospital Lariboisière de París.
Según un vecino, el rumano Ion Vardu, las cerca de 200 personas que vivían desde hace algunas semanas en la casa abandonada han dejado el lugar después del suceso. Vardu señaló que el barrio era “tranquilo” y que hasta el viernes no habían tenido problemas con los vecinos.
El alcalde socialista de Pierrefitte-sur-Seine, Michel Fourcade, ha contado que el joven agredido había sido detenido por robos varias veces desde junio pasado, e indicó que los hurtos en coches aparcados en el barrio habían generado la cólera de los vecinos de la Ciudad de los Poetas contra los gitanos.
Stéphane Troussel, presidente del consejo general (diputación) de Seine-Saint-Denis, denunció una “agresión odiosa, encubierta por un ajuste de cuentas”. “Cada vez que en Francia se desencadena este tipo de violencia es el Estado de Derecho el que recula. La República francesa debe proteger a todos, vivan donde vivan y sea cual sea su origen”, dijo.
Las asociaciones de apoyo a las minorías han recordado que en los últimos meses la violencia contra la población romaní no deja de aumentar en Francia. “Las palabras y los actos racistas contra los gitanos se desarrollan cada vez con mayor impunidad”, dijo Benjamin Abtan, presidente del movimiento antirracista EGAM. “Esperamos un cambio radical del discurso y una denuncia muy clara de estas violencias”, añadió.
En febrero, la página web Mediapart reveló que varios gitanos que viven en el barrio de la plaza de la República de París estaban siendo sido objeto de ataques con ácido desde el verano de 2013. Un vecino acusado de haber esparcido un producto tóxico en el colchón de una pareja romaní que dormía en la calle fue detenido y puesto en libertad poco después.
Las ONG llevan meses denunciando el aumento de la violencia institucional y vecinal contra los 17.000 gitanos del este de Europa –la mitad de ellos, menores de edad– que residen en el país. Los desalojos policiales y los incendios de campamentos se suceden. El Gobierno socialista, que prometió tratar con humanidad e integrar a las poblaciones más precarias, ha optado finalmente por la línea dura marcada por el anterior Ejecutivo de Nicolas Sarkozy. “No nos avergonzamos”, dijo Hollande al ser preguntado por esa política en enero pasado.
Valls, denunciado por incitación al odio racial tras declarar cuando era ministro del Interior que los gitanos no quieren integrarse y son “culturalmente muy distintos” a los franceses, ha sido procesado por un Tribunal de París, que hace dos semanas fijó la fecha del juicio para mayo de 2015.