La Voz de Galicia.- Hubo dos heridos y la policía escoltó a más de veinte miembros de la peña Orgullo Cazurro de León, que llegaron al campo de Pasarón en medio de un amplio dispositivo policial.
Desafortunadamente, el fútbol se ha cobrado esta sábado una nueva pelea multitudinaria entre ultras. Ha sido en la zona monumental de Pontevedra CF, en una tarde de sábado en la que el Pontevedra CF se enfrenta a la Cultural Leonesa, en un encuentro importante para ambos equipos, que quieren romper su racha de resultados. Aficionados ultras de ambos conjuntos montaron una algarada en la calle Charino de la ciudad con decenas de implicados. Lo hicieron antes de la hora de comer en una zona próxima al estadio de Pasarón, en Pontevedra. Si la escena en directo ya era preocupante, en cuestión de minutos resultaba pavoroso comprobar cómo cuentas en las redes sociales de numerosos grupos ultras animaban a unos y otros, con frases violentas, a continuar peleándose a pie de calle. Al parecer, hubo dos heridos que no hizo falta trasladar al hospital.
La pelea enfrentó a varias decenas de aficionados de la Cultural, algunos ligados a la peña Orgullo Cazurro, con seguidores del Pontevedra CF, al parecer, ligados a Siareiros. Se enzarzaron a patadas y puñetazos ante la perplejidad de los ciudadanos a una hora en la que la zona monumental está concurrida. Se avisó a la policía y se puso en marcha un amplio dispositivo. De hecho, agentes de la Policía Nacional y Local custodiaron a los aficionados leoneses en el entorno del restaurante donde comieron. Y no les dejarán solos en ningún momento. En este local de Pontevedra reconocían que su comportamiento durante la comida había sido tranquilo, aunque el ambiente seguía caldeado. Los ultras fueron escoltados hasta su llegada al campo. Accedieron al estadio por la zona de la capilla para evitar confrontaciones y hasta el comienzo del partido siguieron con cánticos desde la granda de fondo sur.
Antes de llegar, ni siquiera la presencia de una docena de agentes los aficionados de Orgullo Cazurro dejaron de entonar cánticos violentos. Y lo hicieron en medio de un parque infantil en el que en ese momento había numerosos niños. El estado de embriaguez de algunos seguidores se evidencia a pie de calle. Para evitar que la situación empeorase, los agentes obligaron a un grupo de aficionados de la Cultural que se dirigían al estadio a unirse a los ultras que iban escoltados. «Siempre pasa lo mismo, nosotros no tenemos nada que ver con ellos», decía una de las aficionadas. De hecho, los agentes los dividieron en dos grupos para controlar mejor a los integrantes de Orgullo Cazurro. Ya en el estadio continuaron con sus proclamas nazis hacia el exterior del estadio. Solo permanecieron callados durante el minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Turquía.