Los ultras ponen en peligro la vida de los antiespecistas invadiendo el carril contrario al grito de «Arriba España»
FERRAN BARBER. PÚBLICO.- Alrededor de quince simpatizantes de Vox se han organizado en Binéfar para intimidar y agredir a los antiespecistas que desde hace alrededor de un mes acampan junto al macromatadero que apadrina el presunto criminal italiano Piero Pini con el apoyo del Ejecutivo aragonés y el equipo local de gobierno de esa localidad. Los activistas han sido atacados en dos ocasiones entre gritos de «Viva Vox» y «Arriba España» por estos grupos violentos cuyos métodos se hallan claramente inspirados por las Hitlerjugend o juventudes hitlerianas.
Según han explicado dos de las víctimas, el primero de los ataques se registró hace dos semanas, la noche del jueves, 28 de marzo, en torno a las diez y media. “En esa primera ocasión, estábamos acampadas doce personas a cierta distancia del matadero, cuando dos vehículos llegaron derrapando junto al lugar donde nos hallábamos con poderosas luces y comenzaron a arrojarnos piedras, entre gritos de apoyo a Vox y provocaciones del estilo de «idos de nuestro pueblo». Los proyectiles impactaron contra las tiendas y alguno de los vehículos, donde todavía se aprecian las muescas. «Afortunadamente, no lograron alcanzarnos. De haber sido así, hubiéramos resultado gravemente heridos. Éramos muy pocos y estábamos tan aterrorizados que no pudimos siquiera intentar tomar nota de las matrículas de sus coches. A eso hay que añadir que utilizaron focos muy potentes para deslumbrarnos».
El más grave de los incidentes se registró el pasado fin de semana, igualmente en torno a las diez y media de la noche. En esta segunda ocasión, y siempre de acuerdo a la versión de las víctimas, llegaron inicialmente dos vehículos del grupúsculo de fascistas a los accesos de un parque, situado frente al matadero. A estos dos coches se uniría más tarde un tercero, cada uno de ellos cargado con cinco personas. «Al menos dos de los atacantes venían con bates de béisbol. En esta ocasión, nosotros éramos muchos más -en torno a treinta- y conseguimos interponer algunos de nuestros vehículos para impedir su acceso y lograr, de ese modo, tomar nota de sus matrículas, lo que de hecho conseguimos, para facilitar el trabajo de los investigadores del caso y que no se ponga en duda la versión de la que fueron testigos treinta personas».
En palabras de las víctimas, los atacantes volvieron a corear gritos de «Viva Vox», «Arriba España», además de insultos personales y «terriblemente hirientes que preferimos no mencionar». Al menos uno de ellos iba claramente borracho e intentó enfrentarse violentamente a los activistas. «El ataque -terrorífico- tuvo dos partes bien diferenciadas. En la primera, irrumpieron en los accesos y comenzaron a provocarnos. Algo después, varios de nosotros tratamos de salir en dos furgonetas y un turismo y nos siguieron por la Nacional 240, circulando en sentido contrario y poniendo en riesgo nuestras vidas, las de ellos y las de los coches que circulaban por esa carretera»
«Se da la circunstancia de que, al abandonar nuestra zona de acampada, apareció un coche de la Guardia Urbana en el que viajaba el agente Antonio Díez, de guardia en el momento en el que se produjo el ataque. Tratamos de llamar su atención para que nos auxiliaran circulando marcha atrás, por la Nacional, durante al menos cien metros, pero el agente, padre de la propietaria de la compañía de seguridad privada del macromatadero de Pini, se detuvo brevemente y continuó su camino. Fue una situación extrema, brutal e incomprensible que esperamos que se investigue y aclare». Este último extremo no ha podido ser confirmado por este diario, debido a que todos los intentos llevados a cabo para contactar con alcaldía han fracasado, desde que se dio a conocer por primera vez los antecedentes criminales del italiano Piero Pini.
Se resisten a buscar ayuda con la Policía urbana
Los jóvenes han puesto en conocimiento de la Guardia Civil todos estos hechos. Se resisten a dirigirse en busca de ayuda a la Policía urbana, dado que dudan de la neutralidad de al menos un agente, habida cuenta de lo sucedido y del hecho de que el propio Antonio Díez ha simultaneado su trabajo en la policía de Binéfar con el de agente de Seguridad privada a sueldo del hijo italiano que lidera la presunta organización mafiosa que promueve el matadero. «Hemos realizado nuestras propias pesquisas, vista la indefesión en la que nos hallamos, y sospechamos que algunos de nuestros atacantes, al menos dos de ellos, podrían ser empleados del propio matadero. Alguno más llegó incluso a identificarse como hijo de ganadero de la zona y con arreglo a nuestras pesquisas, otros frecuentan un conocido gimnasio de la localidad».
«El trato que hemos recibido por parte de la Guardia Civil hasta la fecha es correcto, pero no podemos decir lo mismo del resto. Situaron unos bolardos simultáneamente junto al matadero y en los accesos del parque donde solemos acampar los fines de semana (el resto de los días, nos obligan a abandonar la zona) e incluso dos grandes camiones de Pini estacionaron frente a nuestro lugar de acampada, que es un espacio público. Todo lo que está pasando es aterrador e intimidante. Vamos a denunciar a quien sea preciso por impedir el paso de vehículos a un espacio público, pero por otro lado, nos preguntamos qué clase de autoridad poseen los responsables del matadero para bloquear con sus camiones el lugar o conseguir que los bolardos se situaran de forma simultánea en el matadero y en el parque, de una forma coordinada».
Las víctimas del ataque aseguran que su proceder ha
sido siempre absolutamente pacífico e insisten en que en ningún caso
provocaron a los atacantes. «Estamos realizando cierta labor de activismo en la propia Binéfar
y no tenemos ninguna queja respecto al trato que nos dispensa la
población local. Algunos son veganos o vegetarianos y se han
solidarizado con nosotros. Otros contemplan con interés las imágenes de
maltrato animal que les mostramos y juraríamos que están dispuestos a
replantearse algunas de sus convicciones».
«Luego, hay mucha gente que no ha tomado una postura, pero que nos escucha con respeto. En realidad, los únicos incidentes dignos de mención han sido los protagonizados por los simpatizantes de Vox. Uno de ellos tuvo lugar poco después de que el partido celebrara un mitin en Binéfar. Cada vez vienen más y son más violentos. Nos tememos que puedan suceder hechos muy graves». Se da la circunstancia de que en esta localidad se extendieron durante los meses precedentes rumores xenofóbicos y un estado de opinión, de alcance incierto, que satanizaba y criminalizaba a los inmigrantes extranjeros que, de seguro, formarán parte de la plantilla del macromatadero.
Los activistas del macromatadero de Binéfar
Los activistas que desde hace un mes acampan en Binéfar en protesta por el proyecto son, en su mayoría, catalanes, aunque también proceden de lugares como Madrid, el País Vasco o Andalucía. No forman parte de ninguna asociación legalmente establecida, pero comparten su deseo de poner fin al sacrificio de animales, y han hecho bandera del proyecto de Pini tras conocer los detalles más escabrosos del proyecto gracias a Público, porque los italianos se ufanaban de estar a punto de poner en marcha el macromatadero más grande de Europa. El pasado fin de semana se encadenaron contra las puertas de acceso al matadero, al tiempo que hacían un llamamiento a antiespecistas de toda España y el mundo a que se unan a su lucha para parar el proyecto, tal y como de hecho, sucedió en Italia.
Por incidentes menos graves que esto -entre otros, dos ataques con piedras a miembros de los Mossos de Esquadra y la Urbana de los que informaba La Vanguardia– fueron detenidos a finales del pasado año dos jóvenes en la cercana población de Lleida, lo que induce a pensar a los activistas que las fuerzas del orden investigarán lo sucedido con idéntico interés.
Los activistas confían también en que las
autoridades esclarezcan las eventuales relaciones de sus atacantes con
algunos de los empleados del matadero que apadrina el líder de una
supuesta organización mafiosa, en la actualidad encarcelado en Hungría,
«si es que en verdad existe ese vínculo», tal y como sospechan. Los
antiespecistas ya han anunciado que no piensan marcharse y que confían en que otros muchos se les unan «para
poner fin a este proyecto» liderado por el presunto criminal
encarcelado por las autoridades húngaras. Asimismo, han solicitado al
equipo municipal que aclare cuáles son los vínculos que relacionan a un
miembro de la plantilla local de policía con la sociedad de Roberto
Pini.
Por «especismo» se entiende la discriminación de un individuo en función de su especie.
O en otras palabras, la variante más común del especismo es discriminar
a un ser vivo atendiendo al hecho de que no es humano. Justamente por
ello, este movimiento pone el acento en la lucha por la liberación de
todas las criaturas, lo que le diferencia de forma significativa de
otros grupos de defensa de los derechos animales. “Puedes defender sus
derechos y convenir en que es legítimo asesinarlos de una manera digna”,
precisa a este respecto uno de los acampados.
«La policía no actuó»
«Nos asustamos de verdad. Yo conseguí grabar un vídeo con el móvil en algún momento pero tuve que dejarlo porque me gritaban y me sentía atemorizada», asegura otra de las presentes. Este tipo de conducta, de la que fueron testigo numerosas personas, podría ser constitutiva de un delito de «conducción temeraria y con desprecio a la vida», y en los supuestos que en este caso concurren, pueden contemplarse penas de entre dos y cinco años de cárcel. Ni siquiera se descarta que los agresores se hallaran bajo los efectos del alcohol. Al menos uno de los acompañantes se encontraba manifiestamente borracho.
Las penas de prisión para delitos como este no sólo se aplican a los conductores de los vehículos. «Cabe la participación de terceras personas como inductores, cómplices o cooperadores necesarios (los organizadores de apuestas, los que proporcionan vehículos de alta potencia, etc.)» o en este caso, los que, de acuerdo a las víctimas, jaleaban y alentaban a los pilotos para intimidarles y agredirles sirviéndose de los vehículos, poniendo en riesgo su vida, la de los peatones que caminaban por Binéfar y las de otros conductores.
Según los activistas, la persecución como tal dio
comienzo en una gasolinera situada dentro del casco urbano, donde les
aguardaban, y se desarrolló tanto dentro de la población como en un
tramo de la Nacional que conecta con la autovía. Los presuntos autores
de este delito contra la seguridad vial siguieron a los antiespecistas
hasta su «segundo campamento base» y les obligaron a huir. Ayer, martes,
parte de la infraestructura y de sus bienes aparecieron destrozados.
Las víctimas dan por cierto que el grupúsculo violento de simpatizantes
de Vox podría estar detrás de esos hechos, aunque no poseen los medios
ni los recursos necesarios para demostrarlo. «Es la policía quien debe
investigarlo de oficio».
Al decir de la testigo mencionada, varios agentes fueron testigo de que estaban «acorralados». En el vídeo puede apreciarse cómo los atacantes inicialmente bloquean su paso mientras un coche policial circula por la travesía urbana. Corroborando la versión de otro testigo, una joven asegura que «los agentes se percataron de que estábamos en problemas. Supuestamente, no actuaron porque, según dijeron, ‘no habíamos dado aviso’ cuando lo cierto es que les habíamos informado varias veces con anterioridad de que estábamos siendo víctimas de graves actos de intimidación y a pesar de que, en ese momento, nos encontrábamos acorralados». «Ignórabamos que la policía debe inhibirse cuando contempla que alguien está siendo víctima de un ataque si la víctima no está en disposición de ponerles en aviso».
Los antiespecistas aseguran que se hallan en estado de shock y en algunos casos, seriamente traumatizados por lo ocurrido; tratando todavía de entender cómo es posible que se estén registrando conductas propias de la Italia de Musolini y la Alemania nacionalsocialista mientras el equipo de gobierno que dirige el socialista Alfonso Adán guarda silencio frente a la barbarie y las presuntas irregularidades que rodean al caso. «Nadie se ha dirigido a nosotros para darnos alguna explicación o garantizarnos que investigarán estos delitos y harán pagar por ello a los culpables. Nos tememos que en un escenario como ese de impunidad, estos grupos violentos de simpatizantes de Vox hagan algo peor en cualquier momento».