Twitter cierra la puerta al grupo conspiranoico de extrema derecha QAnon

, | 22 julio, 2020

El grupo QAnon lleva meses lanzando campañas con información falsa sobre toda clase de figura pública

ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS. EL MUNDO.- Durante las últimas semanas Twitter ha eliminado 7.000 cuentas de la red social pertenecientes a miembros del grupo conocido como QAnon, un movimiento vinculado a la extrema derecha norteamericana (la conocida como alt-right) que asegura poseer información que implica a varios actores, famosos y políticos del partido demócrata en una extensa red global de pederastia que, además, estaría tratando de socavar los esfuerzos de la administración de Donald Trump en Washington.

Twitter asegura además que tiene información de otras 150.000 cuentas que están vinculadas a este movimiento o participan de forma activa en la amplificación de sus mensajes. Esas cuentas, a partir de ahora, tendrán limitado su alcance.

Podrán seguir publicando mensajes en al red social, pero los enlaces a contenido relacionado con las teorías de la conspiración de QAnon no estarán activos y sus palabras no aparecerán en las tendencias de Twitter o los resultados de búsqueda.

Twitter se une así a los esfuerzos de otras redes sociales, como Facebook, Reddit o Youtube, que han tratado en los últimos meses de frenar la creciente oleada de desinformación que ha empezado a circular al converger varios factores: la muerte del millonario Jeffrey Epstein, condenado por abusar durante años de varias mujeres menores de edad y facilitar encuentros sexuales a varios famosos, la detención de su cómplice Ghislaine Maxwell, y las próximas elecciones a la presidencia en EE.UU.

QAnon comenzó a ganar relevancia hace cuatro años, durante la campaña presidencial que enfrentó a Donald Trump con HiIllary Clinton. Un usuario anónimo en los foros de 4Chan, autodenominado Q (en referencia a uno de los niveles de información clasificada del gobierno), aseguraba tener acceso a una investigación que involucraba a varios miembros del partido demócrata en una red de pederastia que pronto sería desmantelada en un importante operación pública.

Una evolución de esa teoría inicial, bautizada como Pizzagate, estuvo a punto de acabar en tragedia poco después de las elecciones. Un participante en los foros frecuentados por QAnon se plantó en una pizzería de Washington con un fusil de asalto creyendo que era una tapadera para una red de tráfico de niños administrada por el ex-jefe de personal de la Casa Blanca y consultor político John Podesta.

Cuatro años después, ninguna de esas teorías iniciales ha demostrado cierta pero QAnon ha mutado durante ese tiempo en una amalgama de teorías y conjeturas cada vez más absurda pero que ve en cada suceso una pista más de un enrevesado puzzle, uno en el que un «estado profundo» que mueve los hilos en Washington -financiado por el magnate George Soros entre otros- trata de combatir la administración de Trump.

El grupo, que está organizado de forma informal en varias redes sociales, está desde hace dos años bajo vigilancia activa del FBI por considerar que puede ser fuente de futuras acciones terroristas. Varios expertos ven en él también algunos de los ingredientes comunes a las sectas religiosas, como el uso de ciertos símbolos comunes.

El perfil de QAnon, sin embrago, cada vez es más público, conforme algunos políticos han comenzado a considerar como plausibles algunas de las teorías surgidas en el grupo, al menos de cara al público y como forma de ganar atención de un perfil concreto de votantes en campaña. También ha ayudado que el propio Trump haya retuiteado en ocasiones los mensajes de algunos de sus miembros.

Varios de los candidatos al congreso del próximo ciclo electoral se han considerado afines o al menos mostrado cierta consideración por alguna de las teorías del grupo, llegando en ocasiones a compartir algunos de los símbolos que es frecuente ver en los foros más oscuros y recónditos de la red.

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