La formación de Santiago Abascal fue la más votada en un tercio de las localidades de la región, principalmente en el suroeste y en el este
ROBERTO BÉCARES. EL MUNDO.– En Colmenar del Arroyo, un bello pueblo de la sierra oeste de Madrid de poco más de 1.600 habitantes, hay escrito en un muro cerca del Ayuntamiento un lema en castellano y en árabe: «Las culturas riman en el colegio San Vicente, conviviendo, respetando, las culturas se están juntando». La frase pertenece a una iniciativa poética que llenó de versos las calles del municipio hace años y resulta paradójica escuchando a los vecinos que ayer votaron en masa a Vox en las elecciones generales, convirtiéndolo en la primera fuerza del pueblo, con el 26,54% de los votos.
«Es que la gente está hasta las narices de aguantar al PP y al PSOE, que no solucionan nada, como en Cataluña. Aquí la gente está harta de las ayudas a los inmigrantes. Los moros viven como Dios, se tiran todo el día en la calle y viven de las ayudas», suelta Goyo, autónomo jubilado, en un bar del pueblo. Su explicación se repite como un mantra en las localidades de la Sierra, antes bastión del PP y ahora territorio Vox, pese a que en la mayoría no tienen representación en el Consistorio.
Colmenar, Valdemorillo, Navalagamella, Sevilla la Nueva, Villamantilla, Villanueva de Perales… En todos ellos la formación de Santiago Abascal obtuvo más del 25% de los votos en un tsunami verde que se extiende por municipios principalmente rurales de Este a Sur de la región -ganan incluso en Valdemoro- y también en el Oeste, convirtiendo a Vox en el partido más votado en más del 33% de localidades.
«Aquí los dos partidos grandes no han hecho más que chupar del bote, es normal el cansancio de la gente», apunta un hostelero de Colmenar. «Yo he votado al PP, pero a mí Abascal me encanta, es español y defiende la bandera. Y habla claro de la inmigración. Esto está lleno de moros y viven gratis», dicen Florin y Maritere, un matrimonio sin pelos en la lengua, a pocos metros de una pintada donde se lee «Viva Franco». «La han hecho la semana pasada, no se sabe quién… Mira, yo no soy de derechas, pero es verdad que los marroquíes tienen muchas ayudas, subvenciones por hijo, para pagar el alquiler, los libros del colegio», razona Arturo mientras apura un café.
En algunos de estos pueblos, por el boom de la construcción de los 90 y la existencia de numerosas fincas, donde son empleados en diferentes labores, hay un importante número de inmigrantes, sobre todo marroquíes. Los alquileres son de los más baratos de Madrid. «Aquí en Navalagamella igual un 20% de los vecinos son inmigrantes», revela el alcalde, Andrés Sampiero. Para él, la clave del ascenso de Vox ha sido «la jugada de Sánchez de sacar a Franco del Valle de los Caídos».
«Aquí la gente es de derechas. El votante del PP se ha ido a Vox y el de Ciudadanos al PP. Abascal ha defendido con un discurso moderado la unidad de España y el PP con Franco ha mirado para otro lado», dice el alcalde, que añade que muchos vecinos vienen a quejársele «de que sus padres no tienen ayudas y los inmigrantes sí». Recientemente, cuenta, abrió una oferta de empleo para barrenderos con un sueldo de 900 euros para trabajar de 9 a 14. «Convocamos a 20 personas, muchos inmigrantes». La mayoría lo rechazó, dice, porque «tienen prestaciones o trabajan en negro en fincas y que no les compensaba».
«El pueblo es de derechas, de siempre, y hay cosas más importantes que sacar a un señor de la tumba», aprecia un comerciante del municipio, una opinión que refrendan en un bar cercano. «Al levantar a Franco han levantado a la derecha», señala Lalo, que también critica las ayudas a los inmigrantes. Uno de los pueblos de la zona que se ha salvado del tsunami verde es Fresnedillas, donde se ha hecho un esfuerzo importante en la integración.
«Es que el discurso de Vox ha calado hondo en las mentes más retrógradas. La imagen de los marroquíes sentados al sol es un hecho, y Vox ahí ha vendido que viven de las ayudas, que no quieren trabajar…», dice Almudena, una de sus vecinas. Un poco más al sur, en Griñón, en su día el pueblo con más votos al PP de España, la mancha verde se ha hecho intensa. «Aquí somos de derechas, y con el voto a Vox se ha castigado la tibieza de Casado con muchos temas», explica Daniel, empresario.