El Periódico.- La justicia corrobora la cadena perpetua por genocidio contra el antiguo presidente del régimen, Khieu Samphan.
Los magistrados han determinado que el hombre de 91 años también es culpable de múltiples crímenes contra la humanidad como asesinatos, esclavitud, matrimonios forzados y violaciones por su papel en este régimen comunista. Se trata del último fallo de este tribunal, que ha costado más de 330 millones de dólares y solo ha procesado a cinco dirigentes de los Jemeres Rojos, dos de los cuales murieron antes del juicio. «La cámara de la Corte Suprema no encuentra mérito en los argumentos de Khieu Samphan sobre genocidio y los rechaza», señala el juez Kong Srim en el extenso fallo.
«Conocimiento directo de los crímenes»
El antiguo presidente del Estado de Kampuchea Democrática, la actual Camboya, «tenía conocimiento directo de los crímenes y compartía la intención de cometerlos con los otros participantes de la empresa criminal común», agrega el juez. Las acusaciones contra él están asociadas a «algunos de los actos más odiosos» de la dictadura ultramaoísta, acusada de matar a unos dos millones de personas entre 1975 y 1979. Khieu Samphan, el último dirigente de los jemeres rojos con vida, ha acudido en silla de ruedas al juicio y ha escuchado con auriculares las dos horas y media de lectura de la sentencia.
El antiguo presidente del régimen, dirigido en la práctica por Pol Pot, había apelado la condena a cadena perpetua dictada en 2018 por este tribunal mixto dedicado a estudiar el genocidio en Camboya. Previamente ya había sido también condenado a cadena perpetua en 2014, una sentencia ratificada en apelación en 2016, por crímenes contra la humanidad por la evacuación forzada de la capital, Phnom Penh. Más de 500 personas, entre ellos familiares de víctimas, monjes budistas y diplomáticos, han asistido a la audiencia para un «día histórico», según el portavoz del tribunal, Neth Pheaktra.
Fin del tribunal
Se trata del último caso del tribunal para el genocidio camboyano, una corte híbrida respaldada por la ONU que deberá disolverse antes de tres años una vez terminado el trabajo de archivo.
El jefe del régimen, Pol Pot, conocido como «Hermano Número Uno», nunca enfrentó la justicia porque murió en 1998 antes de la instalación del tribunal. La condena por genocidio contra el expresidente se refiere a la persecución de la minoría étnica vietnamita, a la que los jemeres rojos veían como un peligro enemigo. El frágil Khieu Samphan se mantuvo encorvado en su silla de ruedas mientras escuchaba atentamente la sentencia.
«Quiero justicia para todas las víctimas porque sufrimos mucho. El régimen de Pol Pot fue muy brutal», declaró a AFP el sobreviviente You Soeun, de 67 años. Junto a Khieu Samphan fue condenado en 2018 el «Hermano Número Dos», Nuon Chea, sentenciado a cadena perpetua por genocidio y otros crímenes, incluyendo matrimonios forzados y violaciones.
Nuon Chea murió en 2019.