El Periódico.- La jueza sostiene que la agresión se produjo porque en la camiseta que llevaba la víctima se hacía alusión al colectivo homosexual.
Les propinaron patadas y puñetazos cuando estaba en el suelo. Solo pudo protegerse acurrucándose. Uno de los golpes le impactó en la cara, a la altura del ojo. Un juzgado de Barcelona ha impuesto tres años y medio de cárcel J. F. M. N. Z. como autor de esta agresión homófoba en el metro de la capital catalana el12 de enero del 2019. La magistrada le atribuye un delito de lesiones graves con el agravante de discriminación por razón de orientación sexual, le prohíbe comunicarse o aproximarse a menos de 1.000 metros de la víctima, de profesión enfermero, y le obliga a pagar una indemnización de 11.430 euros. Los otros dos imputados por el ataque quedaron absueltos, uno de ellos el mismo día del juicio, cuando las acusaciones retiraron los cargos contra él. El fiscal reclamaba cinco años de cárcel.
La sentencia de la titular del Juzgado Penal número 20, Mercè Fernández Pérez, recoge que sobre las 6 de la mañana de ese 12 de enero, la víctima accedió a uno de los vagones de la Línea 1 del metro en la estación de Rocafort en dirección a Fondo. Iba a trabajar. Dentro del convoy se encontraban los tres juzgados acompañados de un menor de edad, todos de origen latinoamericano. Volvían de una discoteca de L’Hospitalet de Llobregat e iban hacia Sant Adrià y Badalona, donde vivían.
La víctima llevaba una camiseta con un hueso y el texto en inglés: «Aliméntame y dime que soy guapo». Al ver el estampado, el menor, que ha sido condenado por otra jurisdicción, se levantó, se sentó al lado suyo y, en «tono de mofa», empezó a realizar gestos afeminados, que fueron «jaleados» por los otros acusados. El objetivo, detalla la jueza, era «ridiculizarlo» ante el resto de pasajeros, «resultando que dicha reacción y comportamiento obedeció a cómo iba vestido y a que en la camiseta se hacía alusión al colectivo homosexual«.
«Sí, soy maricón, y tú eres burro»
Ante esta situación, el joven se cambió de asiento. El menor le siguió, volviendo a sentarse a su lado. Cuando la víctima le preguntó si le pasaba algo, el muchacho espetó: «¿Qué pasa, que eres maricón?». El enfermero le reafirmó su orientación sexual y le contestó: «Sí, soy maricón, y tú eres tonto.» Después, se levantó y se dirigió a interfono del vagón para avisar a seguridad que le estaban increpando. Cuando el metro llegó a la estación de Urquinaona, bajó para ir a la Línea 4, pensando que los agresores continuarías en el convoy. Pero no fue así y estos también descendieron y siguieron a la víctima por el andén, «pese a no ser su parada de destino», incide el fallo judicial.Noticias relacionadas
Antes de llegar a las escaleras del andén, el menor corrió hacia el enfermero por la espalda y le dio un fuerte puñetazo en el cuello que le hizo caer al suelo. El menor y el ahora condenado, «obrando con la intención de menoscabar la integridad física de la víctima», comenzaron a propinarle patadas y puñetazos. El lesionado solo pudo adoptar «una posición fetal defensiva», ya que el mismo «era consciente que eran varias personas» con las que se había topado en el vagón y «tuvo la sensación de encontrarse rodeada por todas ellas». El juzgado subraya que el visionado de las imágenes de la cámaras de seguridad del metro «avalan claramente» la declaración de la víctima sobre el ataque y la identificación de condenado.
Valoración positiva
El Observatori contra l’Homofòbia valora positivamente esta sentencia y considera que «es imprescindible consolidar el transporte público como un espacio amable y seguro», a la vez que destaca el componente homófobo que expone el fallo judicial. «Es muy importante la coordinación», especialmente con la fiscalía y el Ayuntamiento de Barcelona. El regidor Marc Serra también resaltó este viernes esta colaboración.