SUR.- El Comité de Competición de la Federación Malagueña notifica suspensiones cautelares de un mínimo de cinco partidos para cuatro jugadores del conjunto local y nueve del CD La Unidad Nueva Málaga
El Comité de Competición de la Federación Malagueña de Fútbol ha notificado una resolución, cautelar y provisional, en base al acta arbitral, tras la pelea multitudinaria que tuvo lugar el pasado domingo en el estadio veleño Vivar Téllez, que obligó a suspender un partido de juveniles en el minuto 55, en el que se enfrentaban los locales con el CD La Unidad Nueva Málaga, correspondiente a la Tercera Andaluza. Cuatro jugadores del equipo de la capital de la Axarquía y nueve del conjunto malagueño han sido propuestos para sanción, con un mínimo de cinco partidos de suspensión para cada uno, según han explicado a SUR desde la dirección deportiva de ambas entidades.
El entrenador del CD La Unidad Nueva Málaga, Raúl Becerra, ha avanzado su intención de recurrir esta primera resolución, «al considerar que es exagerada, porque el árbitro no ha sido imparcial», ha expresado a este periódico. A pesar de reconocer que se produjo «una pelea grandísima», ha considerado «desproporcionado» que se sancione a nueve de sus jugadores y «sólo» a cuatro del equipo local. «Condenamos los hechos rotundamente, hay que pasar página y centrarnos en lo importante, que es lo deportivo«, ha expresado Becerra.
Por su parte, el entrenador local, Francisco Rodríguez ‘Ayala’, ha apuntado que la resolución es provisional, por lo que, de momento, no es firme. El preparador ha condenado también lo ocurrido el pasado domingo y ha coincidido en que «hay que pasar página». El Comité de Competición tendrá que decidir también qué ocurre con los 35 minutos que restan por jugarse del partido. Tras la batalla campal, la Policía Nacional detuvo a un jugador del CD La Unidad Nueva Málaga, con iniciales A. C. R. y de 18 años, como presunto autor de las lesiones que sufrió Rodríguez en su ojo derecho. Tras un juicio rápido, el juzgado ha pedido un informe forense de la víctima, por lo que está pendiente de dictarse la sentencia.
Los hechos se desencadenaron en el minuto 55 del partido. Tras una jugada, el árbitro expulsó a un jugador del equipo visitante. Fue el detonante de una auténtica batalla campal, en la que durante unos minutos se sucedieron los empujones, puñetazos y patadas, con invasión del campo por parte de una parte del público asistente, familiares, jugadores y cuerpos técnicos de ambos conjuntos.