Nota de Prensa.- Tras las tragedias del Paso y de Dayton Movimiento contra la Intolerancia advierte sobre LAS MASACRES DEL ODIO Y LAS RUTAS HACIA EL EXTERMINIO y pide una reacción firme a los Gobiernos.
Conmocionados por las masacres del Texas y Ohio que se han cobrado numerosas víctimas a las que debemos el compromiso de solidaridad efectiva, o lo que es igual, el compromiso de erradicar estas acciones y las causas que las producen, la primera pregunta que nos asalta es el por que, su motivo aunque sea irracional, y otra subsiguiente, como es posible que existan en Estados Unidos tantas matanzas en lugares públicos, incluidos centros escolares, país democráticamente avanzado y de enorme diversidad cultural y social.
Reducirlo al presidente Trump y sus mensajes de odio sería un error grave, sin obviar su responsabilidad presidencial en la creación de un clima de intolerancia, dada su amplificación mediática de cada expresión que estigmatiza al diferente, especialmente hispano, o justifica el acceso a las armas, como observamos a menudo. Pero este hecho no se ajusta a una realidad que transciende al personaje, como evidencian desde las masacres de Arkansas y Oklahoma en los años 80, a las de Conneticuc, San Bernandino y Orlando, entre otras, antes que alcanzara su presidencia en 2017.
A esta realidad en USA hay que añadir muchas otras a nivel internacional, como la masacre de Utoya (Noruega), la reciente de las Mezquitas de Nueva Zelanda, las matanzas en Barcelona- Cambrils, o desde una mirada con memoria, las masacres de Atocha y los crímenes masivos del terrorismo de ETA, en nuestro país . Abundan los ejemplos de crímenes de lesa humanidad.
Las causas son múltiples y van dese la fanatización de las personas radicadas en objetivos políticos, religiosos o ideológicos, a los procesos de construcción del extremismo violento, en cualquier dimensión humana y social. Y con estas hay que señalar al menos tres factores globales que no se están acometiendo por nuestros Gobiernos y se dan en todos los países, en algunos más que otros:
El primero es el avance a través de las redes sociales e internet del discurso de odio que posibilita un clima de intolerancia al diferente, donde se posibilita desde la estigmatización al sentimiento de exterminio. En EE.UU. la Primera Enmienda lo hace más que posible.
En paralelo, es la normalización de la violencia a través de contenidos salvajes en internet, bien como imágenes y grabaciones en youtube hasta con juegos de exterminio y masacres, así como con el acceso a las armas, ya sea a las armas blancas (España) o armas de guerra (Estados Unidos), junto a argumentarios e idearios que legitiman el uso de la violencia. En EE.UU. la Segunda Enmienda lo facilita.
En tercer lugar y al mismo nivel, aparece las construcción del victimismo identitario para justificar reacciones o respuestas que vulneran el derecho a la vida de la persona diferente, al que se le acusa de un mal exagerado, tal cual sucedió en la Alemania hitleriana o en todos los países con procesos totalitarios.
La permisividad frente al discurso de odio, la normalización de la violencia y el victimismo identitario, nos conduce por la ruta de la intolerancia criminal hacia un horizonte que no descarta la irrupción de exterminios masivos como ha sucedido en los Balcanes, en países africanos, en exterminios religiosos y en otros actos masivos de crímenes contra la humanidad.
Solo el reforzamiento de las leyes contra los Crímenes de Odio, la educación en los Derechos Humanos y en la Tolerancia, junto a la Memoria del horror, nos dará la oportunidad de defendernos frente a esta lacra. Y eso se lo pedimos a todos los Gobiernos, incluido España.