DOS MANZANAS.- Es una de esas historias que te desgarran el corazón, ocurrida en este caso en Brasil. Una pareja de adolescentes gays de 16 años pactaron suicidarse juntos ante el rechazo de sus familias a su relación. Uno de ellos consumó el suicidio, el otro se arrepintió en el último momento. A pesar de que intentó entonces salvar la vida de su novio, no fue posible. El chico se encuentra por el momento recluido en un centro y puede ser acusado de homicidio.
Ocurrió el pasado lunes, 18 de noviembre, en un instituto de Sombrio (estado de Santa Catarina, al sur de Brasil). El joven sobreviviente contó a la Policía que ambos decidieron suicidarse después de que la familia de su novio rechazara la relación. Primero ayudaría a este a colgarse, y luego él mismo se quitaría la vida. La primera parte del plan funcionó, desgraciadamente. El muchacho incluso apretó el cuello de su novio con sus propias manos para acelerar su muerte. En ese momento se arrepintió y desesperado pidió ayuda para salvar su vida, pero era ya demasiado tarde.
Se da la circunstancia de que los padres de los chicos, dos buenos estudiantes que no tenían antecedente alguno de mal comportamiento,habían sido avisados en julio por la dirección del instituto de que sus hijos pasaban mucho tiempo juntos y mantenían una “amistad muy íntima”. La madre del muchacho fallecido, que había acudido varias veces al servicio de coordinación pedagógica del centro por ese tema, afirma que su hijo intentó distanciarse del otro chico. “Mi hijo estaba indeciso. Él nunca había tenido antes ninguna relación, ni con mujeres ni con hombres”, afirma, en lo que parece un intento de acusar al muchacho sobreviviente de lo sucedido. “Él [en referencia a su hijo] quería ir a la Facultad de Informática, quería trabajar en el área de la programación. ¿Acaso un niño que se quiere matar planea eso?”, ha añadido. “Fuera o no homosexual, no iba a dejar de ser mi hijo”, ha declarado también. Versión que por cierto no coincide con la del chico detenido, según la cual no parece que los padres del chico fallecido fueran tan comprensivos con su hijo. Según él, salían desde hace seis meses y sus familias no lo aceptaban.
Una historia trágica, para el chico fallecido y para el chico superviviente. Y a tenor de lo que parece, favorecida por una praxis inadecuada por parte del centro educativo y por la homofobia de las familias. Esperemos que el chico que ha sobrevivido reciba la ayuda psicológica que sin duda necesita en este momento y no vea arruinada su vida para siempre.
