Los residentes en Texas pueden ya portar armas en público sin licencia, en virtud de una ley que acaba de ser aprobada en el Capitolio estatal y que supone una contundente victoria para los grupos de defensa de la tenencia de armas, apoyados por los republicanos. A partir del 1 de septiembre toda persona mayor de 21 años que no haya sido declarada incapacitada para ello estará en su derecho de portar un arma de fuego en público sin tener que pasar antes por un cursillo de seguridad y una revisión de sus antecedentes penales, como mandan las normas en este momento.
El gobernador, el republicano Greg Abbott, ratificó el miércoles la ley, conocida por el número 1927, que también permite que aquellos previamente condenados por portar indebidamente un arma de fuego en público puedan eliminar la condena de su registro. La Cámara de Representantes y el Senado estatales enviaron el proyecto de ley a Abbott el mes pasado, y este tardó unos días en decir que lo ratificaría «con gran entusiasmo», a pesar de las quejas de los demócratas y grupos de activistas.
Lo que sí hace esta ley, ya en vigor, es que el Departamento de Seguridad Pública de Texas debe ofrecer inmediatamente un cursillo de seguridad en la tenencia de armas, a través de internet y gratuito, pero que en ningún caso será obligatorio. Texas ya permitía antes a sus ciudadanos llevar rifles en público sin licencia, pero no pistolas de mano u otras armas. Lo que no impide esta ley es que los negocios privados prohíban el ingreso a aquellos que porten armas.
No es Texas el único estado que permite este tipo de tenencia. Otros estados lo han aprobado antes, incluidos Alaska, Idaho, Iowa, Dakota del Norte, Oklahoma, Utah y Vermont, pero sí es el de mayor tamaño y con una mayor población. Es, además, uno de los que más masacres por armas de fuego suma en años recientes.
Durante el trámite de la ley varios de esos demócratas advirtieron de lo peligroso de que personas sin ningún tipo de entrenamiento en armas puedan adquirirlas y llevarlas en público sin licencia. En señal de protesta esos demócratas portaron lazos rojos en solidaridad con las víctimas de las armas de fuego. En los plenos en la Cámara y el Senado se recordaron las recientes masacres de Midland-Odessa (ocho muertos), El Paso (23 muertos), Santa Fe (10 muertos) y Sutherland Springs (26 muertos). La diputada texana en el Capitolio Veronica Escobar, dijo en un mensaje en la red social Twitter que al firmar la ley, Abbott «eligió traicionar a las víctimas de la violencia armada».
Derecho a defenderse
La respuesta de los republicanos, que se impusieron en las votaciones, fue que el derecho a defenderse, amparado por la Constitución, pesa más que esos temores. Alrededor de 1,6 millones de texanos tiene ya licencia para portar armas, de los 29 millones que viven en ese estado.
El autor del proyecto de ley es el diputado republicano Matt Schaefer, quien dijo al presentar el texto en la Cámara en abril que los ciudadanos no debería verse con la carga económica de tener que sacarse un permiso de armas cuando la Constitución le otorga el derecho de tenerla por defecto. «Esta ley podría ser calificada como una ley de sentido común», dijo. «Los ciudadanos respetuosos de la ley tienen la necesidad de poder protegerse a sí mismos y a sus familias».
A este tipo de normativa se la conoce en EE.UU. como «tenencia constitucional» porque sus defensores alegan que la Constitución estadounidense ampara el derecho de cualquiera a estar armado. La Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, en el centro de todos los debates sobre tenencia de armas, afirma: «Siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido». El sentido verdadero de esa frase acuñada en 1791 ha sido objeto de intensos debates jurídicos.
Fuera de los republicanos en el legislativo de Texas, no han sido pocos los que se han opuesto a esta nueva ley en ciernes. De hecho, han expresado su oposición destacados jefes de policía, agentes y hasta instructores en manejo de armas de fuego, que advierten de los riesgos de tener a la población armada en cualquier lugar, sin filtro alguno. Además alertan de que alguien que no haya sido enseñado a disparar un arma puede provocar dramáticos accidentes.
Tras la masacre de El Paso en 2019, destacados republicanos de Texas, incluido el gobernador Abbott y el vicegobernador Patrick, se dijeron dispuestos a endurecer las leyes sobre la tenencia de armas de fuego, pero después de que su partido mantuviera el control de las dos cámaras legislativas en las últimas elecciones se desdijeron.
Texas ha permitido la tenencia de armas de fuego desde 1995 y año tras año ha ido reduciendo el precio y los requerimientos burocráticos para obtener una licencia durante los pasados años.