El joven de 25 años víctima de una agresión homófoba en València asegura que le atacaron por vestir de rosa – La policía detuvo a cuatro de sus agresores, pero no se descartan más arrestos
IGNACIO CABANES. LEVANTE.- Unas horas antes había celebrado el bautizo de un familiar, de ahí que todavía llevara el traje de fiesta, zapatos de vestir y una camisa rosa. Esta vestimenta, muy común en cualquier salón de bodas pero algo más llamativa a los ojos de cualquier descerebrado a las puertas de un pub con unas copas de más, parece que fue suficiente para que un grupo de jóvenes la tomaran con él al creer que era homosexual. Sin prácticamente saber cómo ni por qué, Luis, de 25 años, se encontró rodeado y recibiendo golpes en la cara mientras le gritaban: «Te vamos a sacar las tripas maricón».
La víctima de esta agresión homófoba, ocurrida en València el pasado 8 de septiembre, relata que no tuvo posibilidad alguna de defenderse. «En el primer puñetazo me rompieron la nariz y luego golpes por todos lados, no sabía ni de dónde me atizaban», recuerda. «Me pegaron tantos golpes que no podía ni fijar la mirada», añade, a la vez que aclara que está seguro de que sus agresores eran más de cinco personas.
Tras varias pesquisas y el reconocimiento por parte de algunos testigos, el grupo de Delitos de Odio de la Policía Nacional ha detenido recientemente a cuatro jóvenes por participar presuntamente en esta agresión homófoba. Los arrestados son dos chicos de 21 y 25 años, de origen cubano y colombiano, y dos chicas de 23 y 24, una de ellas natural de Colombia y la otra española. Están acusados de los delitos de lesiones y de odio, al proferir gritos homófobos contra su víctima.
Amenazas de muerte
El agredido explica que durante la paliza escuchó a uno de ellos decir que si alguna vez lo veían por la Curva Nord -en Mestalla- lo matarían. No obstante, de las investigaciones policiales se descarta que los detenidos tengan vinculación alguna con ningún grupo radical ni conexiones con los ultras del Valencia CF.
Tres de los cuatro acusados se acogieron a su derecho a no declarar ante la policía, mientras que el único que sí declaró alegó que fue poco menos que un simple observador. Según su versión, estaba en el interior del pub, situado en la calle Polo y Peyrolón de València, cuando vio a través de la puerta que se estaba produciendo una pelea en el exterior. Junto a dos compañeros de trabajo salió fuera y, al ver que el encargado del local podía tener problemas, intentó mediar en la pelea.
Sin embargo, un testigo lo sitúa como el primero que golpea a la víctima, y otro, trabajador del pub, también lo identifica como una de las personas que le estaba propinando golpes al joven. Respecto a su relación con los otros tres arrestados, reconoce que son conocidos de frecuentar dicho pub.
El despacho AC Aparicio y Colomer Abogados, que representa los intereses del agredido, va a solicitar al Juzgado de Instrucción número cinco de València, encargado del caso, una orden de protección para su patrocinado ante el peligro de represalias por parte de sus agresores, todos ellos en libertad. De hecho, la policía los dejó libres tras su comparecencia en dependencias policiales sin tan siquiera ser puestos a disposición del juez.
«Nos llama cuando menos la atención que la policía los dejara en libertad antes de remitirlos al juez, más aún teniendo en cuenta las elevadas penas de prisión que llevan aparejadas los delitos a los que se enfrentan; lesiones y un delito de odio, con la circunstancia agravante de abuso de superioridad», indicó el letrado de la acusación Francisco J. Aparicio.
Luis sostiene que no había intercambiado palabra alguna con sus agresores en toda la noche. «Estaba en un reservado con dos amigos y luego salí a la calle a fumarme un cigarro», explica. Fue entonces cuando dos jóvenes se le acercaron y se metieron con su aspecto: «Seguro que aún es virgen».
Para evitar meterse en líos se encaminó hacia la calle Bélgica para pedir un taxi. Pero no tuvo tiempo, uno de sus agresores le propinó un puñetazo en la cara «y otro vino a rematarme». Su nariz comenzó a sangrar abundantemente y se vio rodeado por varias personas. Entre ellas recuerda a dos chicas que le gritaban insultos hómofobos. Como consecuencia de la agresión sufrió fractura de los huesos de la nariz, lesiones en el labio y diversas contusiones.